La tarta de chocolate es uno de los dulces preferidos por todo el mundo. El sabor dulce, la textura agradable son factores que nos la hacen irresistible, pero entran en juego incluso factores biológicos y químicos. En el chocolate encontramos compuestos como el triptófano, un aminoácido que promueve la producción de serotonina, conocida como la «hormona de la felicidad». La serotonina está asociada con sensaciones de placer y bienestar, y además refuerza nuestro sistema inmunológico.
Otro componente, la feniletilamina, provoca un aumento en la actividad cerebral y el ritmo cardíaco similar al que experimentamos en las primeras etapas del enamoramiento, incluso más intenso que el generado por un apasionado beso. Por lo tanto, estamos naturalmente predispuestos para que nos guste la tarta de chocolate.
6CUBRIR LA TARTA DE CHOCOLATE Y ENFRIAR
Después de que el chocolate se haya derretido en la nata caliente, procede a cubrir la tarta con cuidado utilizando la ganache que has preparado. Asegúrate de extender el chocolate de manera uniforme, cubriendo tanto la superficie como los bordes de la tarta. Espera a que el chocolate se temple y coloca la tarta en la nevera. Déjala enfriar durante una o dos horas, o hasta que la ganache se haya endurecido. Una vez que la tarta esté bien fría y la cobertura haya adquirido la consistencia deseada, estará lista comer.