viernes, 22 noviembre 2024

La sobrecualificación, la precariedad que se le escapó a Yolanda Diaz

La Reforma de la Ley Laboral ha sido el mayor logro de Ministra de Trabajo y Economía Social, ahora en funciones, Yolanda Diaz. Su misión de conseguir un cambio estructural en el ámbito laboral se materializó cuando, por primera vez, una ministra de esta administración conseguía llegar a un acuerdo entre sindicatos y patronal para llevar a cabo un cambio sustancial en los métodos de contratación de la legislación aprobada en este ámbito el Gobierno de Mariano Rajoy en 2012. Sin embargo, una de las cuestiones que se incluyeron en la Reforma fue la posibilidad de que ese contrato indefinido se enmarcara en una cualificación inferior a la que tiene el trabajador.

Según los datos de 2021 del Sistema Estatal de Indicadores de la Educación, la población española alcanzó su récord educativo y el 39,7% de los ciudadanos estaban en posesión de algún tipo de título de educación superior. Con una perspectiva nacional, este dato podría considerarse un «logro» para el nivel formativo de los españoles. Sin embargo, cuando se amplía la mirada hacia Europa, España vuelve a estar por debajo de la media. De hecho, en este caso, muy por debajo, ya que en los países de la Unión Europea en 2020, el 79 % de la población entre 25 y 64 años posee nivel de formación de segunda etapa de Educación Secundaria o superior, lo que significa que «España se encuentra 16,1 puntos por debajo de dicha media».

A pesar de estar en esta posición en la escala europea, según los datos de Eurostat interpretados por Datamania, en España el 35% de los empleados tiene estudios más altos de los que requiere su contrato, el dato de sobre cualificación más alto de toda la Unión Europea. Siendo España uno de los países europeos donde menos población tiene estudios superiores, somos igualmente el Estado donde menos se reflejan esos estudios en las condiciones laborales. Una realidad que se representa no solo en los jóvenes con grados universitarios que trabajan en call centers o en la hostelería, sino también, como afirma Julen Bollain «que los universitarios curran con contratos en categorías profesionales por debajo de la real».

datamania Moncloa

La calidad laboral, más allá del tipo de contrato

El aumento de la población activa en España ha llegado a datos récord este verano de 2023, dando los mejores resultados desde antes de 2008. Además, la contratación mediante indefinidos ha aumentado y los contratos temporales han decaído. A estos datos, el Gobierno en funciones le suma la subida del Salario Mínimo Interprofesional para argumentar sus logros en materia laboral. Sin embargo, hay otros ámbitos que no han conseguido controlar ni sobre los que existen disposiciones y que afectan directamente a la calidad laboral del trabajador, como es el caso de la sobre cualificación.

Este fenómeno se da como consecuencia de no tener un mercado laboral adaptado al mundo formativo nacional, lo que supone no solo un problema para quien tiene un contrato con una categoría inferior, sino que esa sobrecualificación también es una barrera de acceso al mundo laboral. Así, este hecho se suma a las cuestiones que se le escapan al Ministerio de Trabajo y sobre la que cuenta con pocas capacidades de control, ya que ni las inspecciones de trabajo pueden intervenir ante un caso en el que el trabajador tenga formación universitaria, pero ejerza un puesto que no esté relacionado con dicha formación; o que cuya categoría laboral sea diferente al diploma de la Universidad.

El Tribunal Supremo, posicionado en la sobrecualificación

El Tribunal Supremo (TS) se posicionó ante este fenómeno cuando un ujier del Congreso de los Diputados, arquitecto de formación, que no consiguió la plaza de encargado de mantenimiento en la Cámara Baja, presentó un recurso antes la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TS. Este tribunal ha establecido que la «sobrecualificación académica» no siempre puede suponer una ventaja a la hora de conseguir un puesto de trabajo, explicando que solo debe ser un factor determinante cuando es un requisito indispensable para el empleo al que se aspira, advirtiendo de que en caso contrario se podría incurrir en un «trato discriminatorio».

Este posicionamiento del TS supone que existen diferentes tipos de sobrecualificación, aquella en la que una persona tiene un trabajo que no está relacionado con sus estudios o la sobrecualificacion que afecta a un trabajador cuando su categoría profesional es inferior a su nivel formativo y que ambos estén directamente relacionados. Más allá de esto, ninguna de ambas cuestiones están registradas como variables en la Reforma Laboral, lo que supone que este fenómeno laboral no pueda ser enfrentado desde herramientas legales actuales.