Las sardinas al horno son una delicia que no necesita de mucha ciencia para estar perfecta. Cocinándolas con la cantidad correcta de sal, ¡son una delicia! Aunque muchos están acostumbrados a comer las típicas sardinas que se sirven en los chiringuitos playeros, las que se hacen al horno no tienen nada que envidiarles en cuanto a sabor. Una de las razones por las que la gente suele decir “no” a cocinar sardinas es el olor que se queda en la casa después, pero contra eso también te vamos a dar unos ‘tips’ definitivos.
7¿Quieres un plus de sabor?
Si todavía quieres que tengan un sabor más fuerte agrega un poco de limón y una picada de perejil y ajos. Puedes ponerlo antes del horneado o después. Para los que se atreven con los sabores fuertes está la posibilidad de añadir un poco de guindilla picada para lograr un punto picante que impregna la boca. Mientras horneas vigila las sardinas, sobre todo en los minutos finales. Tienes la opción de esperar a que termine el tiempo estipulado o ir fijándote y sacarlas justo cuando la piel empiece a dorarse. Cuando te cobren sardinas puedes guardarlas en la nevera cubiertas con aceite de oliva virgen extra en un recipiente cerrado. Durarán entre dos y tres días.