Las sardinas al horno son una delicia que no necesita de mucha ciencia para estar perfecta. Cocinándolas con la cantidad correcta de sal, ¡son una delicia! Aunque muchos están acostumbrados a comer las típicas sardinas que se sirven en los chiringuitos playeros, las que se hacen al horno no tienen nada que envidiarles en cuanto a sabor. Una de las razones por las que la gente suele decir “no” a cocinar sardinas es el olor que se queda en la casa después, pero contra eso también te vamos a dar unos ‘tips’ definitivos.
2Comenzamos con un plazo celestial
A diferencia de otros pescados, no será necesario que las abras ni les quites las tripas. Es más, así es como más jugosas quedan. Empieza precalentando el horno a 220 grados dejando pasar el horno arriba y abajo sin ventilador. Prepara una bandeja de horno donde quepan todas las sardinas que vas a utilizar sin necesidad de encimar unas con otras. Cubre con un papel de horno y esparce una capa de sal para hornear cubriendo el horno.