Salvador Illa trata de convencer a ERC, mientras el equipo de Pedro Sánchez, con Miquel Iceta a la cabeza, busca la negociación con Carles Puigdemont, líder de Junts, para lograr arrancar el pacto previo acuerdo de autodeterminación. La estrategia tiene grandes riesgos, pero una repetición electoral tampoco es un escenario del agrado de ninguna de las formaciones.
Illa ha puesto todo el peso económico con ERC, partido ahora de orden y que ha escondido la estelada en las últimas contiendas electorales para tratar de recuperar el ‘seny’ y centrar el foco en las finanzas catalanas. El PSC, con un perfil muy bajo en estas negociaciones pese a llevar el gran peso de las mismas, busca convencer a los republicanos de Oriol Junqueras con una quita de deuda por los Fondos de Liquidez Autonómica, el único balón de oxígeno que tiene la Generalitat para hacer frente a los gastos corrientes debido a su abultada deuda.
El PSC de Illa se ofrece a condonar la deuda del FLA, contraída con el Estado, a través de una enmienda parlamentaria presentada el pasado jueves. Una estrategia que insta al Estado, es decir, a todos los españoles, a aceptar el impago como pago por los agravios económicos y fiscales. En este caso, Cataluña ha utilizado más de 108.000 millones de los fondos de liquidez desde el estallido de la crisis de 2008 y la posterior de deuda de 2010.
EL PSC DE ILLA PROPONE UNA QUITA PARCIAL DEL FLA, PERO JUNTS Y ERC LO QUIEREN TODO
Los socialistas dieron la luz verde a esta quita de deuda a través de una quita de deuda, una acción parlamentaria que se ha leído como una oferta para investir a Pedro Sánchez. No obstante, se trata de un regalo envenenado, una prebenda a cambio del apoyo al Gobierno en funciones, pero del que gozaría el propio PSC si la formación se hace con la Generalitat en los próximos comicios autonómicos.
Este escenario es más que probable tras la debacle y pérdida de votos de ERC y Junts, junto con un PPC en auge. Si los próximos comicios catalanes otorgaran esta quita parcial a la Generalitat, el presidente de la Generalitat tendría un mayor margen de maniobra, sin tener que sacar la tijera, unos recortes que serían necesarios en caso de tener que devolver la deuda.
Y es que, la Generalitat está cada vez peor gestionada, con un gasto descomunal en temas que apenas afectan a los ciudadanos, un despilfarro que se ha arraigado en todos los niveles de la Administración.
Asimismo, este plan debería ser extensible al resto de Comunidades Autónomas que han pasado por la ventanilla del FLA. Para esta quita, los socialistas de Illa aplicarían un coeficiente teniendo en cuenta el gasto en servicios públicos, así como la caída de ingresos derivada desde 2008 en impuestos, aunque la recaudación se encuentra en este momento en máximos históricos.
EL PSC DE ILLA ABRE LA PUERTA A ROMPER LA CAJA ÚNICA
El PSC ha mostrado una declaración de intenciones, sin datos concretos, pero la Generalitat ha exprimido estos fondos al máximo. Teniendo en cuenta los Fondos de Facilidad Financiera y los del FLA, la suma supera los 108.000 millones, de los que más de 70.000 millones corresponden al FLA. En este sentido, los españoles asumirían esta quita, pero se tendría que pagar.
Esta maniobra, creada en plena negociación por la investidura, pondría en bandeja el sí de ERC en la investidura, al pedir 20.000 millones de euros anuales correspondiente al «déficit fiscal», un agravio por el que Cataluña recibe infinitamente menos de lo que aporta. En caso de que el PSOE y el PSC se posicionen a favor de esta exigencia, se rompería el principio de solidaridad y se abriría la puerta a la España federal, la nación de naciones que vendía Zapatero hace 15 años.
EL AGRAVIO A MADRID, AUSPICIADO POR ILLA
En este sentido, Madrid sería la gran agraviada al utilizar una mínima parte de los FLA y permitirse emitir deuda en los mercados sin ningún tipo de impedimento, mientras Cataluña aún se prepara para ello tras 14 años de la crisis económica y con una calificación sin nota de inversión, el escalón más bajo de todas las agencias de calificación. Tampoco lo hizo Castilla y León, mientras Galicia usó una mínima parte. Los fondos estaban ahí, pero es dinero de todos los españoles, no sólo de una parte. La responsabilidad de la gestión del propio Feijóo, así como los de Ayuso y Mañueco pesaban más que el despilfarro de Cataluña, Valencia y Andalucía, en manos entonces de gobiernos socialistas.
Los socialistas votaron en contra de la propia normativa, guardándose la enmienda como arma en la negociación. Los independentistas han vuelto a izar la bandera del agravio para tratar de vender el maltrato económico, pero Madrid está en una situación peor y en ningún caso ha puesto en juego la caja única, como ahora tratan de hacer ERC y Junts. Todo pasará si el PSC acepta el concierto fiscal vasco en Cataluña, donde los españoles aportarán las pensiones y el dinero se repartirá de forma desigual. Pero para ello, es necesario cambiar el sistema y se necesitan mayorías que hoy por hoy no existen.