Durante el verano, las piscinas, los bañadores mojados adheridos a la piel, duchas colectivas, caminar descalzo y las instalaciones deportivas a menudo abarrotadas pueden ser el ambiente ideal para la propagación de hongos, lo que lleva a una considerable cantidad de consultas dermatológicas.
Aunque estas infecciones fúngicas pueden causar síntomas incómodos como picor, enrojecimiento de la piel, grietas, descamación, sensación de quemazón, ampollas, mal olor, hiperhidrosis y, en ocasiones, dolor, en su mayoría son leves y pueden tratarse con éxito mediante cremas antimicóticas de uso tópico o tratamientos antifúngicos que se toman por vía oral, aunque estos últimos solo están disponibles en ciertos casos.
7VULVOVAGNINIS POR HONGO CÁNDIDA
El hongo Cándida es parte de la flora natural presente en la vagina y el tubo digestivo, el problema surge cuando se produce un desequilibrio en la flora. Durante el verano, su presencia puede extenderse más debido al aumento de la humedad y la temperatura. Permanecer con el bañador mojado durante largos periodos de tiempo puede aumentar el riesgo de que este hongo prolifere, por lo que se recomienda secarse con frecuencia. Además, si se tiene previsto pasar muchas horas en la playa o en la piscina, es aconsejable cambiarse el traje de baño para evitar la humedad prolongada y reducir las posibilidades de desarrollar este problema.