Durante el verano, las piscinas, los bañadores mojados adheridos a la piel, duchas colectivas, caminar descalzo y las instalaciones deportivas a menudo abarrotadas pueden ser el ambiente ideal para la propagación de hongos, lo que lleva a una considerable cantidad de consultas dermatológicas.
Aunque estas infecciones fúngicas pueden causar síntomas incómodos como picor, enrojecimiento de la piel, grietas, descamación, sensación de quemazón, ampollas, mal olor, hiperhidrosis y, en ocasiones, dolor, en su mayoría son leves y pueden tratarse con éxito mediante cremas antimicóticas de uso tópico o tratamientos antifúngicos que se toman por vía oral, aunque estos últimos solo están disponibles en ciertos casos.
4PITIRIASIS VERSICOLOR
La Pitiriasis versicolor, también conocida como hongo de playa, se caracteriza por causar manchas redondas y blanquecinas en la piel. Esta decoloración se debe a que el hongo inhibe la producción de melanina cuando la piel se expone al sol. La Pitiriasis versicolor es difícil de evitar y puede reaparecer cada verano en aquellos afectados.
En algunos pacientes, se recomienda seguir una terapia antifúngica periódica y se les aconseja evitar situaciones que provoquen exceso de sudoración, como el uso de ropa apretada y cremas grasas en el tronco. Aunque esta afección puede curarse de manera sencilla, es importante que los afectados sean conscientes de que los síntomas reaparecerán cada verano y que será necesario recibir tratamiento todos los años.