Unidas Podemos planta cara a Sumar. La izquierda aglutinada en Sumar se caracteriza por lavar los trapos sucios en casa, de noche y sin focos. Las disputas internas no se airean, pero de sobra es conocido la estrategia del piolet, herramienta imprescindible para asaltar la cima de cualquier cúpula, y la de Sumar es muy golosa. Por este motivo, todos los líderes se arriman a la mesa con el piolet en la mochila, bolso o de bolsillo, porque este instrumento también se hace extensible y más grande una vez desenfundado.
En las negociaciones con Carles Puigdemont y el PSOE, Yolanda Díaz mostró su gran piolet ante los presentes y no dudo en cortar la cuerda de Irene Montero para soltar lastre y dar un aviso a navegantes. Si la plancha relaja a Yolanda Díaz, a Podemos le gusta el piolet para soltar adrenalina y la venganza por Irene Montero, ministra de Igualdad, es un plato que se sirve muy frío.
La izquierda suele utilizar el piolet en cualquier disputa. Se puede atacar con esta afilada y puntiaguda arma a quien no demuestre ser demasiado feminista, izquierdista, amigo de los independentistas catalanes y vascos, quitando a los de la derecha y con excepción ahora de Junts, o bien por no ser un buen troskista o directamente por tener un discurso variado sobre diversos temas. La excusa es lo de menos a la hora de tomar la decisión de empuñar el piolet y clavarlo en la pared vertical de la ascensión, sin importar cortar la cuerda del compañero en el mismo movimiento.
SUMAR Y EL PIOLET DE PABLO IGLESIAS
Es una coreografía perfecta, con una puntería y fuerza muy medidas para evitar que las rocas arrojen esquirlas directamente a la cara. Este tipo de maniobras han sido la tónica en Unidas Podemos, el de los orígenes con Pablo Iglesias y después con Irene Montero, hasta la llegada de Yolanda Díaz al frente de los ‘morados’ y como vicepresidenta tercer y ministra de Trabajo después.
Sumar no tendrá excusa para convocar primarias y no podrá vetar a nadie
Tras la dócil diputada se escondía una líder comunista de las de antes, que no tuvo reparo alguno en cortar la cuerda de Montero, pero erró la lanzada contra la roca. Y es que, Díaz no ha medido como debería la fuerza contra Podemos y así lo pone de manifiesto la amenaza de los ‘morados’ a la hora de una repetición electoral, escenario que no quiere ni oír ni ver en pintura Yolanda Díaz.
LA CAÍDA DE SUMAR, EL DETONANTE DE UNAS PRIMARIAS
Díaz no sólo ha cosechado el peor resultado electoral de las confluencias de la izquierda desde 2015, con la pérdida de 700.000 votos y tan sólo 31 escaños. La líder de la formación ha obtenido este resultado tras vetar a Montero, ministra de su Gobierno de coalición y líder de los ‘morados’. Los dedos acusadores apuntan a este hecho como la principal causa de las malas cifras y en Unidas Podemos no sólo exigen responsabilidades y explicaciones, sino también un pulso de tú a tú.
Y es que, Díaz ha obtenido 31 asientos, pero no ha sido únicamente por su obra y gracia. De hecho, restando las aportaciones de Más País, Compromís y otros, Sumar puramente dicho apenas habría obtenido 15 escaños, es decir, la mitad de la fuerza mostrada en las urnas. Podemos, sin Montero al frente ni en las listas, ha tenido cinco escaños, un tercio de los obtenidos por Díaz.
Esta estrecha diferencia en comparación ha dado alas a los discursos de Pablo Iglesias e Ione Belarra. En este sentido, la confluencia morada, la izquierda surgida del movimiento 15-M y la suma de Izquierda Unida, ha dado un ultimátum definitivo: si hay repetición electoral habrá primarias y Díaz tendrá que enfrentarse a los piolets ‘morados’. Su periplo político pende de una simple cuerda y la mano está armada para asestar el golpe, con independencia de la fuerza.
PODEMOS ENTRA EN EL CUERPO A CUERPO CONTRA DÍAZ
El de Iglesias es un piolet que lleva años en el afilador, preparado para cuando llegara el momento. Y no, si de algo se sabe en estas lides es que no rehúsa ni una sola batalla interna a la hora de la verdad, aunque se fue del Gobierno sin demasiado ruido. El ex líder y ex vicepresidente del Gobierno lo tiene muy claro. Si no hay acuerdo con Junts y Carles Puigdemont, habrá primarias. «Sumar no tendrá excusa para convocar primarias y no podrá vetar a nadie», señala Iglesias.
Sea el propio Iglesias o Montero, Díaz no podrá imponer veto alguno. La situación es aterradora para los comunistas de la ministra de Trabajo, que se autoimpuso como líder sin un debate interno entre las confluencias. Todo con el fin de apartar y marginar a quien fuera líder de los ‘morados’. La ministra planchadora esquivó este trámite tras la caída de las municipales del pasado 28 de mayo debido a la convocatoria de elecciones generales. No había tiempo físico para preparar las diferentes propuestas y se puso delante del proyecto.
Pero en caso de una repetición electoral, las confluencias deben estar preparadas para esta votación, sin excusas ni intentonas de esquivarlas. Podemos exigirá un cara a cara, piolet en mano, para enfrentar las propuestas. Podemos ve a Díaz como una egocentrista y personalista, como si la conjunción de la izquierda fuera cosa suya. Por la parte ‘morada’, esta forma de actuar autoritaria es una seña de identidad. Iglesias hacía y deshacía a su antojo, sin someterse al escrutinio interno. Que se lo pregunten a Teresa Rodríguez y sus Anticapitalistas.