El Partido Popular vuelve a escuchar ese ruido de sables que parecía haber amainado tras la coronación de Alberto Núñez Feijoo. La diferencia es que esta vez quien está en el punto de mira es el flamante presidente del Partido Popular. La victoria agridulce del PP ha dado todos los motivos necesarios a la presidenta de la Comunidad de Madrid, para volver a destacar como la salvadora de la formación conservadora. En el entorno de Alberto Núñez Feijoo ven cómo empiezan a volar los puñales. Y saben que ya se ha preparado una campaña interna que empezó con la celebración del resultado electoral en Génova y que seguirá hasta que haya una repetición electoral; o más si el PSOE consigue formar Gobierno con este endiablado resultado tras las elecciones del 23-J.
El PSOE está viendo desde el burladero cómo una victoria de Feijoo se ha convertido en un problema interno. En el PP ya hay voces que consideran que incluso ese grupo que interrumpía a Alberto Núñez Feijoo durante su discurso de victoria la noche del 23-J con gritos de coreaban el nombre de Isabel Díaz Ayuso estaban «organizados» por la propia Comunidad de Madrid. El nivel de paranoia se ha extendido a niveles insospechados y ya hay quien incluso cree que el vestuario de la presidenta de la Comunidad de Madrid no era precisamente casual. Pero todo apunta al mismo escenario: un nuevo asalto a la presidencia del PP y el miedo de los que están arriba a que les desbanquen.
En el PP ya no solo vale ganar, hay que gobernar. Alberto Núñez Feijoo lo ha hecho, es decir, ha ganado, pero no va a conseguir gobernar en ninguno de los escenarios que se le planteen porque tener a Vox a la derecha es un auténtico drama para el PP. Critican la campaña electoral de Feijoo y su desaparición a mitad de la misma, critican que sólo ha emulado el estilo de Mariano Rajoy e incluso critican que se ha rodeado de gente sin experiencia procedente de la Xunta que no ha sido capaz de absolutamente nada. Con este escenario, tensa cada vez más cuando se menta a Isabel Díaz Ayuso en Génova porque está muy reciente el recuerdo de lo ocurrido con el anterior líder del PP.
Las encuestas en Internet, los influencers conservadores, los propios militantes y los editoriales de algunos medios tampoco ayudan a que se mantenga la calma en Génova. El que el PP lleve estancado ante un Pedro Sánchez que genera urticaria entre la derecha incluso en un escenario como el actual es algo que los votantes no perdonan, pero que los políticos aún menos. Feijoo sueña con la repetición electoral y sueña sobretodo con que le dejen llegar a ella para ver si así consigue cambiar las cosas. Incluso habiendo ganado las elecciones generales está muy lejos de haber consolidado las siglas. Que le fuercen una dimisión es una probabilidad que existe, pero aún está algo más lejos de lo que a los «ayusistas» les gustaría.
Isabel Díaz Ayuso, por su parte, no ha hecho más que aparecer de rojo en una celebración que muchos auguraban ibicenca. Sin embargo, son muchas las voces que la reclaman para que consiga aunar a la derecha y tenga al menos opciones reales de acabar con Pedro Sánchez. Las voces más críticas de Génova no solo atacan su campaña, sino cómo atacó sin piedad y de forma constante a Vox, la única formación que ha perdido de forma considerable a nivel de diputados y el partido que ha movilizado a toda la izquierda. Desde el PP consideran que alimentar el miedo a Vox no fue una buena estrategia porque los propios votantes conservadores no se fiaban de que Feijoo fuera a pactar con Santiago Abascal.