Los suplementos deportivos son productos considerados como alimenticios y suplementos dietéticos, diseñados para ayudar a los deportistas a mejorar su rendimiento físico. Estos suplementos son ofrecidos como alternativas a los alimentos para comprar nutrientes y apoyar el desarrollo del músculo, la resistencia y otros aspectos relacionados con el rendimiento deportivo. Si uno quiere aumentar la masa muscular, optimizar el funcionamiento deportivo, mejorar la resistencia, recuperarse más rápido de un entrenamiento intenso, combatir el estrés o mejorar su salud general, los suplementos pueden ayudar con estos objetivos.
Los suplementos deportivos se pueden encontrar tanto en forma de polvo (en polvo) como de tabletas. Estos suplementos son usualmente creados a partir de granos, vitaminas, minerales, productos de origen animal y vegetal, y otros ingredientes que tienen un propósito específico. Estos suplementos actúan como una ayuda para alcanzar los objetivos de desempeño deportivo y están destinados a complementar la dieta con nutrientes esenciales.
2Proteínas y suplementos de proteínas
Los suplementos proteicos son muy importantes para los deportistas profesionales, ya que ayudan a reponer las proteínas que el cuerpo necesita para desarrollar músculo. La proteína ayuda a reparar y reconstruir el tejido muscular dañado y puede ayudar a reponer las reservas de energía. Los profesionales del deporte tienen que tener cuidado de que obtienen suficientes proteínas a través de su alimentación diaria, porque esta carga significativa de trabajo puede dejar el cuerpo con pocas reservas de energía.
Los suplementos de proteínas se pueden obtener a partir de suplementos alimenticios, bebidas, batidos y, a veces, alimentos entero. Estos suplementos pueden ayudar a reemplazar la proteína que el cuerpo necesita para mejorar el rendimiento, aliviar o limpiar la debilidad, recuperar y reparar el tejido muscular, fortalecer los huesos y mejorar la salud general. Otra forma de obtener proteínas es a través de los alimentos, como la carne, el pollo, los huevos, el pescado, la soya, el yogur y la leche.