El verano trae consigo días soleados y altas temperaturas que pueden resultar peligrosas para nuestra salud, especialmente para nuestro corazón. Un reciente estudio realizado con jóvenes sanos revela el umbral de temperatura en el que el corazón comienza a sufrir por el calor.
A medida que la segunda ola de calor del verano se hace presente, los termómetros amenazan con alcanzar los 45 grados, cifra preocupante que puede tener un impacto directo en el funcionamiento de nuestro órgano vital. Este estudio, llevado a cabo en un ambiente húmedo, revela que incluso a tan solo 34º C, la frecuencia cardíaca experimenta un incremento constante. Es decir, nuestro corazón se acelera y nuestra tensión cardiovascular aumenta antes de que la temperatura interna de nuestro cuerpo comience a subir.
3Sensibilidad cardíaca al calor: una respuesta anticipada a la acumulación térmica según un estudio reciente
Los resultados del estudio revelaron que a medida que la cámara ambiental se calentaba, la frecuencia cardíaca de los participantes aumentaba inicialmente y luego se estabilizaba. Sin embargo, si la temperatura seguía subiendo, la frecuencia cardíaca comenzaba a aumentar nuevamente y continuaba en aumento hasta el final del experimento, lo que indicaba un aumento en la tensión cardiovascular. En condiciones de alta humedad, los participantes experimentaron un aumento en la tensión cardiovascular cuando caminaban a un ritmo lento, a medida que la temperatura alcanzaba aproximadamente los 34 °C.
Por otro lado, en condiciones de baja humedad, este umbral se situaba alrededor de los 41 °C. Lo más interesante fue que el aumento de la tensión cardiovascular se producía aproximadamente 20 minutos antes de que la temperatura central de los participantes comenzara a aumentar, lo que sugiere que el corazón es muy sensible a los cambios de temperatura y reacciona anticipadamente a medida que estas se acumulan en el cuerpo.
