Mucho se ha debatido sobre si es saludable o no el hábito de dormir la siesta. La respuesta depende de diferentes factores como el individuo sus genes y sus hábitos diarios. Sin embargo, gracias a un equipo de investigadores internacionales liderados por el University College London (UCL), ahora sabemos que tener inclinación a tomar siestas está asociado con un cerebro de mayor tamaño.
5LA SIESTA COMO HERRAMIENTA PARA CUIDAR EL CEREBRO
La pérdida de volumen cerebral es un síntoma observado en algunas enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. En un artículo para The Conversation, los autores del estudio especulan sobre la posibilidad de que las siestas puedan desempeñar un papel en la prevención de este deterioro. Según ellos, «Nuestros hallazgos ayudan a comprender el impacto de las siestas diurnas en la salud cerebral, lo cual podría limitar el deterioro cognitivo a medida que las personas envejecen». Sin embargo, se necesita más investigación para confirmar y comprender mejor esta relación y su potencial efecto protector.