Mucho se ha debatido sobre si es saludable o no el hábito de dormir la siesta. La respuesta depende de diferentes factores como el individuo sus genes y sus hábitos diarios. Sin embargo, gracias a un equipo de investigadores internacionales liderados por el University College London (UCL), ahora sabemos que tener inclinación a tomar siestas está asociado con un cerebro de mayor tamaño.
2LAS PERSONAS QUE DORMÍAN SIESTA TENÍAN EL CEREBRO MÁS JOVEN
Los resultados del estudio revelaron que la diferencia en el volumen cerebral entre los grupos era equivalente a la pérdida de volumen asociada a un envejecimiento de entre 2,6 y 6,5 años. Los investigadores también examinaron otras variables, como el volumen del hipocampo, el procesamiento visual y el tiempo de reacción, pero no encontraron diferencias significativas en estos aspectos.
En el comunicado emitido junto con el estudio, Valentina Paz, neurocientífica del University College London y autora principal del artículo, destacó que al analizar los genes establecidos desde el nacimiento, la aleatorización mendeliana permitió evitar factores de confusión que podrían surgir a lo largo de la vida y que podrían influir en las asociaciones entre la siesta y los resultados de salud. Los resultados obtenidos fueron sorprendentes. Se encontró que las personas que dormían por la tarde tenían cerebros de mayor tamaño, equivalentes a los cerebros de personas que serían entre 2 y 6 años más jóvenes.