Mucho se ha debatido sobre si es saludable o no el hábito de dormir la siesta. La respuesta depende de diferentes factores como el individuo sus genes y sus hábitos diarios. Sin embargo, gracias a un equipo de investigadores internacionales liderados por el University College London (UCL), ahora sabemos que tener inclinación a tomar siestas está asociado con un cerebro de mayor tamaño.
1PERSONAS CON PREDISPOSICIÓN A LA SIESTA
La reciente investigación se ha centrado en el análisis de los genes asociados con la predisposición a tomar siestas. El equipo de investigadores comparó dos grupos de personas: aquellos que presentaban estos genes en su ADN y aquellos que no. El estudio, publicado en la revista Sleep Health, reveló que los científicos recopilaron datos de 378,932 personas de entre 40 y 69 años.
Analizaron las secciones del código genético que predisponían a estas personas a tomar siestas de manera regular. Luego, compararon la salud cerebral y la cognición de aquellos que tenían los genes asociados con la siesta, utilizando un método estadístico que proporciona información sobre la relación entre una exposición y un resultado.