Felipe VI y Letizia rompieron con todas las tradiciones al casarse. El rey de España (entonces era príncipe) contrajo matrimonio con una “plebeya” y encima divorciada. La reina consorte era periodista antes de ser monarca, pero nada importó. Su amor era más fuerte que cualquier otra cosa. Sin embargo, pareciera que el pasar del tiempo, la paternidad y las obligaciones reales está distanciando a lo que una vez fuera una pareja de ensueño.
6Siempre fueron cómplices
Desde el principio era evidente su complicidad y solo un año más tarde decidían que era el momento de casarse. Su boda fue un acontecimiento televisado que estuvo en el ojo mediático. Su historia parecía sacada de un cuento de hadas. Como si de la Cenicienta se tratase, el monarca había posado sus ojos en una “plebeya” para ser la madre de sus hijos. A partir de ese día, han sido compañeros leales acudiendo juntos a los eventos y cumpliendo con sus obligaciones.