La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, está « muy satisfecha» por el rechazo de la Eurocámara al veto del Partido Popular Europeo a la ley de restauración de la naturaleza que ha salido adelante en una «ajustada» votación «a pesar de todos los bulos y mentiras» de la derecha y la ultraderecha.
«Al final los europarlamentarios se han votado a favor de la vida, de la naturaleza y de seguir invirtiendo en las personas porque estamos invirtiendo en las personas», ha manifestado en declaraciones a La Sexta, donde Ribera preside la reunión informal de los ministros de Medio Ambiente y Energía de la UE.
Para Ribera, la propuesta finalmente aprobada no es la que le hubiera gustado ya que está «devaluada» con respecto a la intención inicial. En todo caso, califica que «muy importante que se mantenga» para trabajar en esa dirección en el conjunto de las instituciones europea.
El texto final de la ley de restauración de la naturaleza ha salido adelante por 336 votos a favor, 300 en contra y 13 abstenciones después de que también fuera rechazado el veto al texto por 324 eurodiputados frente a 312 que votaron en favor del mismo.
Al respecto, la vicepresidenta ha dicho que precisamente esta ley de restauración de la naturaleza es «uno de los que más irritación ha generado» igual que el cambio climático, que ve necesario afrontar «de frente».
Ribera ha lamentado que la derecha y la ultraderecha en Europa hayan intentado hacer de la ley de restauración de la naturaleza una referencia en contra de su idea de que el progreso en Europa debe estar vinculado a «seguir contando con unas buenas condiciones, un contrato social con las personas que pueden sentirse preocupadas por el cambio».
Así, ha defendido que restaurar las condiciones que permiten «vivir» y generar actividad económica y que es «tan importante» para los agricultores y todos aquellos que viven del sector primario «no podía ser utilizado en contra precisamente de quienes están en esa primera línea».
En ese sentido, ha calificado de «enorme irresponsabilidad» con la que está «jugando» la derecha que hace «como eque el problema del cambio climático no existe» y la ultraderecha, de la que dice que va «mucho más allá» y cuestiona los datos, la ciencia, las mediciones, la realidad.
Por ello, ha subrayado que los responsables políticos y las instituciones deben estar con los agricultores, con quienes viven en el mundo rural buscando la forma de reforzar los ingresos que puedan recibir precisamente por trabajar en este contexto en el que la biodiversidad, los bosques, la agricultura deben ser aliados y en un ámbito en el que el agua es «un factor esencial».
«Mirar para otro lado puede representar no tener agua disponible cuando se necesita», ha advertido Ribera que reitera su calificativo de «enormemente irresponsable» para quien niega el cambio climático porque no le gustan las sequías, ni el granizo. «El cambio climático no va a parar por que no nos guste», ha dicho.
De ese modo, ha defendido que la mejor manera de enfrentar con éxito la lucha contra el cambio climático es dar una respuesta «muy comprometida» con las personas, con el agua, con la calidad del suelo y hacia las personas que sienten todo esto como «una amenaza».
No ve, por tanto, «muy acertado» matar al mensajero, cuestionar la ciencia o a los meteorólogos. «Eso es profundamente regresivo», opina Ribera que afirma que obviar el problema es un «tremendo error».