Israel no quiere cooperar, ni necesidad que tiene. El espionaje al teléfono móvil del presidente del Gobierno, ese que se hizo con un software espía de origen israelí que, según fuentes del CNI, no era precisamente Pegasus, ha quedado en nada. El juez de la Audiencia Nacional José Luis Calama que está investigando este proceso ha archivado la causa por la «absoluta» falta de cooperación jurídica de Israel, y más concretamente de la empresa dueña de Pegasus, NSO Group. No es nuevo. El CNI ya sabía que el software empleado para espiar tanto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como a otros miembros del Consejo de Ministros era de origen israelí, pero contaban con que no se iba a ceder ni un dato a la justicia española en este proceso que no ha servido para esclarecer qué ha ocurrido y quiénes son los responsables.
Desde el PSOE, el Partido Popular y todo el elenco parlamentario hay filtraciones de todos los colores, pero todas apuntan exactamente a lo mismo: Marruecos tiene mucho que ver en este uso de un software israelí más sofisticado que Pegasus que comprometió información personal y privada del teléfono móvil del presidente del Gobierno y otros miembros del Ejecutivo. El líder socialista guardó silencio con esta fractura en su seguridad. Pero la Audiencia Nacional no lo hizo y se puso manos a la obra para investigar qué ocurrió. El problema es que se han encontrado con un muro que confirma que el software empleado provenía de Israel. Para el magistrado, el «absoluto» silencio de los servicios jurídicos de este país hace imposible proseguir con la investigación.
El bloqueo de la investigación no ha hecho más que avivar los comentarios internos, que también se escuchan en el PSOE, con los cuales no quieren reconocer la autoría del espionaje. Todos los ojos de los socialistas están puestos en Marruecos. El espionaje, según la Audiencia Nacional, «ha puesto en jaque la propia seguridad del Estado». Pero los servicios jurídicos de Israel no se han sentido obligados a colaborar con el magistrado para ayudar a esclarecer lo ocurrido.
No hay que olvidar que este software de origen israelí más sofisticado que Pegasus infectó el teléfono del presidente del Gobierno hasta cinco veces entre octubre de 2020 y diciembre de 2021. La descarga de material asciende a más de 2,5 Gigabytes de material privado del líder socialista y desde el Gobierno se guardó un absoluto silencio que ha incomodado incluso a pesos pesados de su propio partido. Desde el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) tienen detalles mucho más claros que en la Audiencia Nacional, pero tampoco han filtrado ninguna información para evitar abrir una grieta en la seguridad nacional. Aún así, los rumores de que Marruecos está detrás de todo este espionaje que no solo afectó a Pedro Sánchez se han avivado empujados por dirigentes de todos los partidos en plena campaña electoral.
Tampoco es que la información de Calama esté bien orientada, dado que fuentes del CNI aseguran que el software empleado para el espionaje no era necesariamente Pegasus, aunque sí similar. Aún así, el magistrado de la Audiencia Nacional pidió a la empresa propietaria de Pegasus, NSO Group, toda la información pertinente para quedarse sin respuesta. También se solicitó la declaración del CEO de esta compañía, también sin respuesta.
«La frustración de la investigación derivada del no cumplimiento de las comisiones rogatorias dirigidas a las autoridades de Israel impide investigar sobre la atribución de la autoría a persona concreta alguna, abocándonos, de forma indefectible, a acordar el sobreseimiento provisional de las actuaciones», ha comentado Calama, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 4.