En nuestras costas, los chiringuitos trascienden su función básica de servir comidas, tapas y bebidas refrescantes durante los días cada vez más calurosos del verano. Estos establecimientos playeros forman parte de nuestra cultura y reflejan nuestra identidad.
Cuando pensamos en un chiringuito rápidamente nos viene a la memoria el aroma a frituras, el delicioso olor de las sardinas asadas a la parrilla, la frescura de los cítricos o las paellas por encargo. Las patatas fritas en bolsa y esos helados que se deshacen apenas se les quita el envoltorio. El constante murmullo de voces que se eleva sobre los acordes monótonos de la típica canción de verano, con el sonido de fondo de las olas rompiendo en la playa. Sin duda, es una experiencia veraniega que a todos nos hace felices.
3OTRAS HIPÓTESIS CURIOSAS
También se sugiere que la palabra «chiringuito» podría haber derivado del término mexicano «chinguirito», que se utilizaba para referirse a un tipo de aguardiente elaborado a partir de miel de caña. Con el tiempo, esta palabra habría evolucionado y adoptado el significado actual para designar a los establecimientos playeros.
Por otro lado, en la segunda mitad del siglo XIX, en Málaga, ya se conocía el concepto de chiringuito. Eran puestos muy simples, anexos a las casas de los marineros, donde se servían espetos de sardinas junto con alguna bebida. Estos lugares eran conocidos como «merenderos».