viernes, 22 noviembre 2024

Alfonso Guerra y Felipe González se movilizan para hundir a Pedro Sánchez

Alfonso Guerra no da tregua ante las líneas rojas cruzadas por el PSOE de Pedro Sánchez. Las mentiras del presidente del Gobierno, vendidas como cambios de opinión por José Luis Rodríguez Zapatero, pasan sin pena ni gloria entre los suyos, a excepción de una de ellas. «Pedro Sánchez ha roto el pacto histórico del PSOE», afirman desde la vieja guardia socialista, la que aún recuerda los momentos de gloria de Felipe González.

Las críticas de los pesos pesados de la antigua parte del PSOE se han desatado en los últimos años, pero se han recrudecido en las últimas semanas, tanto en público como en privado. Estos socialistas no perdonan los desvaríos de Pedro Sánchez. Los pactos con Bildu, con la retirada de la Guardia Civil y el acercamiento de etarras a las cárceles vascas; las subidas de impuestos; dejar la deuda en niveles récord; y la tarea de los recortes que vienen.

Si el PSOE pierde y no gobierna lo habrá conseguido, pero no hay que dar por muerto a Pedro Sánchez

«Pactar con el partido comunista traspasa todas las líneas rojas. Nadie lo había hecho hasta ahora, ni Rodríguez Zapatero se atrevió», aseveran fuentes consultadas muy próximas a la tesis de Alfonso Guerra, ex vicepresidente del Gobierno entre 1982 y 1991 y una de las voces más autorizadas dentro del socialismo. Guerra se está movilizando entre los políticos, empresarios y sociedad civil con el único objetivo de «acabar con la carrera» de Pedro Sánchez.

GUERRA ENTRARÁ EN CAMPAÑA APUNTANDO A SÁNCHEZ

Guerra aún está esperando para pronunciarse públicamente durante la campaña electoral. Un tiempo que transcurre paciente, más cuando está moviéndose en todos los terrenos posibles para tratar de que el PSOE de Pedro Sánchez salga de la contienda política del próximo 23 de julio. «Si el PSOE pierde y no gobierna lo habrá conseguido, pero no hay que dar por muerto a Pedro Sánchez», alertan las mismas fuentes.

Felipe González y Pedro Sánchez, enfrentados por la deriva del PSOE
Felipe González y Pedro Sánchez, enfrentados por la deriva del PSOE

Los socialistas de base consideran a Sánchez un superviviente y se aferran al gira mediática como la verdadera palanca para seguir en La Moncloa. No obstante, esta alta exposición pública deja de manifiesto estos cambios de parecer y facilitan la campaña a la derecha. «Nunca interrumpas a tu enemigo cuando esté cometiendo un error», señalan. La frase, sacada del ‘Arte de la guerra’ de Sun Tzu, cobra mayor sentido. Fue una de las usadas por los adláteres de Sánchez en la campaña con Pablo Casado en 2019 por denunciar los pactos con Bildu.

Esta misma estrategia se ha puesto en contra del PSOE al comprobarse que los vascos llevaron a 47 etarras en sus listas en las municipales, siete de ellos con delitos de sangre. Una vez destapados, la formación independentista radical reculó, aunque sólo quitó a los que cometieron asesinatos.

En esta batalla fratricida ha entrado Guerra haciendo más ruido del habitual. «El objetivo de sus discursos ya no es el PP, sino el PSOE y Pedro Sánchez. Le atiza sin pudor alguno», señalan. No es para menos. El histórico socialista ha hecho numerosas referencias al socialismo fundado por Pablo Iglesias, el de hace casi siglo y medio, quien defendía la igual y la libertad sociales. El PSOE de Pedro Sánchez no es ni mucho liberal, por más que el actual presidente del Gobierno le recuerde en sus entrevistas y apariciones.

«Pedro Sánchez ha instaurado pactos que avergonzarían a cualquier socialista de entonces», han aseverado. Los acuerdos con ERC o con Bildu, así como con el partido comunista, no son ni mucho menos liberales. «Coartan la libertad», responden. Guerra ve en los acuerdos con Unidas Podemos o Sumar una traición imperdonable. La irrupción de esta ultraizquierda ha tenido como consecuencia la muerte del bipartidismo, aquel que pactaba para echar a los nacionalistas e independentistas de cualquier institución, como ocurrió en el País Vasco.

PEDRO SÁNCHEZ ‘TRAICIONÓ’ A ALFONSO GUERRA

Para los ‘guerristas’, este Congreso de los Diputados tan polarizado y fraccionado supone un fracaso de la democracia y la coalición del PSOE y Unidas Podemos pone ahora un difícil arreglo. El PP no podría decir públicamente antes de unas elecciones que pactaría con el PSOE de Pedro Sánchez al llenar los votos de Vox; pero el PSOE tampoco lo podría airear ante una salida de votos a la izquierda e incluso a la derecha para evitar que los comunistas continuaran en La Moncloa.

En la misma línea se posiciona Felipe González. El ex presidente del Gobierno entre 1982 y 1996 busca ahora puentes para fortalecer al bipartidismo, pero los dos partidos más importantes están a merced en parte de los populismos de Vox y Sumar. Para González, la centralidad y la recuperación del centro es clave para la democracia en España, más por las consecuencias que tendría un Gobierno con Vox, como se está viendo a nivel autonómico; como con Unidas Podemos, con una agenda plagada de prohibiciones y barbaridades, como la ‘ley del sí sólo es sí’.

La pérdida del centro tuvo como consecuencia la irrupción de Ciudadanos, mientras que el PSOE dividía a la izquierda y los extremos se agrupaban entorno a los ‘morados’ de Unidas Podemos. Desaparecidos ambos por el ego y la ambición desmesurada, González trata ahora de que sean PP y PSOE quienes ocupen el espacio para poder aprobar y convalidar los proyectos de ley y los Presupuestos Generales del Estado sin tener que depender de nadie. En definitiva, minimizar los resultados de las formaciones que no se presentan en toda España y los nacionalistas, así como la huida de los populismos. Un discurso más conciliador, pero con el mismo fondo que Guerra.