El estrés es un fenómeno común en la sociedad moderna y puede tener un impacto negativo en nuestra salud física y cognitiva. La respuesta de lucha o huida del organismo está relacionada con cambios físicos en el cerebro debido al estrés. El estrés crónico, causado por preocupaciones laborales, problemas personales y presión social, afecta la memoria, la concentración y provoca esas sensaciones en la que ‘te despistas’, de forma frecuentes.
Sin embargo, existen soluciones para gestionar y reducir el estrés. El ejercicio físico regular, la meditación, el mindfulness y el apoyo social son estrategias efectivas. Además, prácticas de relajación como la meditación, el yoga, la relajación muscular progresiva y la respiración profunda pueden aliviar el estrés.
4El papel del cortisol en los cambios cerebrales relacionados con el estrés crónico
La estrecha relación entre el estrés y los cambios físicos del cerebro se debe a la respuesta de lucha o huida del organismo, que implica la liberación de cortisol. En estas situaciones de presión, el cuerpo libera cortisol y adrenalina para prepararse para enfrentar una amenaza percibida, lo que temporalmente suprime funciones corporales no esenciales como la digestión y el crecimiento. Sin embargo, en el caso crónico, los niveles prolongados de cortisol pueden tener efectos perjudiciales en la función cerebral.
El cortisol crónico puede afectar negativamente al hipocampo, responsable de la memoria y el aprendizaje, y obstaculizar la comunicación entre las células cerebrales, disminuyendo la plasticidad neuronal.
