«La economía española es la que más crece de toda Europa». Bajo este mantra se ha construido el relato del PSOE y Sumar en las últimas semanas para contrarrestar los datos de la economía real. Los políticos de PSOE y Sumar celebran y aplauden las cifras de la inflación conocidas este jueves, pero de nuevo la cruda vuelta a las calles les muestra un duro baño de realidad. Los precios no caen, como insisten desde la izquierda y alguna derecha despistada.
No, la inflación no ha bajado, por más que Pedro Sánchez y sus adláteres lo difundan. Tan sólo ha aminorado su ritmo de subida al 1,9% en tasa anual; mientras que la tasa mensual muestra un aumento del 0,6%, según los propios datos del INE. La inflación acumulada desde junio de 2021, mes en el que comenzaron a dispararse los precios -siete meses antes de la guerra de Ucrania- supera con creces el 20%. Es decir, los españoles están viendo como sus ahorros desaparecen, mientras a duras penas se llena la cesta de la compra.
Atendiendo a la inflación subyacente, que mide la variación de precios descontando los productos frescos y energéticos, el índice se sitúa en el 5,9%, un nivel totalmente disparado y que pone de manifiesto que la situación ni mucho menos ha mejorado respecto a los meses anteriores. Esta inflación se debe a los incrementos de los productos manufacturados y acumula las distintas subidas de la cadena de producción, así como de los salarios.
LAS CIFRAS DE LA ECONOMÍA DE SÁNCHEZ ENGAÑAN: NO ESTAMOS TAN BIEN
En este sentido, la inflación con Pedro Sánchez está registrando los fuertes y temidos efectos de segunda ronda -crecen los salarios, hay más dinero en circulación, las empresas suben precios-. Esta espiral es muy peligrosa y una vez dentro es muy difícil de contener.
Mientras, el crecimiento económico con Pedro Sánchez es inferior a la inflación subyacente y un claro síntoma de una economía gripada y adentrándose en la peligrosa situación de estanflación -subidas de precios con parón económico-. Esta dupla tiene casos extremos, como Venezuela o Argentina, pero también se ha visto en Europa, en los prolegómenos de la II Guerra Mundial. Cabe recordar que para comprar una barra de pan había que transportar 500.000 marcos en la Alemania de 1933.
ESTANFLACIÓN: NO HAY PROCESO DE DESINFLACIÓN
Algunos economistas consideran que la actual situación es comparable ya que esta recesión, anunciada desde hace un año, será aún más dura que la de 2008. Y es que, la refinanciación de deuda será el talón de Aquiles de la economía. Ya lo están notando las startups, con el grifo bancario prácticamente cerrado, mientras que las grandes tecnológicas han emprendido el camino de los despidos para reducir los costes, mientras los intereses corren al alza.
La demanda interna, como se ha visto con las importaciones desde China, está cayendo con fuerza y la estrategia de subir los precios ya no es válida para aguantar los márgenes. «Vamos al desastre», han advertido varias fuentes conocedoras del mercado.
Yolanda Díaz también lo ha admitido. La «micro» no va tan bien cuando miles de familias están pasando apuros para llegar a fin de mes, con unas hipotecas que se llegan a encarecer entre 400 y 1.000 euros más por el incremento del euríbor. Y por más que la macro muestre unos datos de mejoría, como los del primer trimestre, se trata de un crecimiento artificial, aupado por la inflación. Y es que, los precios suben, pero no los volúmenes de venta.
Las empresas facturan más vendiendo una menor cantidad, pero no quiere decir que la economía española aguante. Ni mucho menos. En este sentido, España lidera el paro de la UE, tanto en tasa general como de los jóvenes.
LAS STARTUPS Y FAMILIAS, SIN CRÉDITO
Mientras tanto, los líderes del PSOE y la tercera autoridad del Estado, como Meritxell Batet, insisten en que todo el mundo abona el alquiler ni hay dificultades. La rectificación por Twitter tampoco sirve una vez que ha difundido un bulo mayúsculo. Y es que, según ha podido corroborar este medio, la tasa de morosidad en el alquiler se está disparando con fuerza ante el récord de precios, por encima de la burbuja inmobiliaria de 2008.
Todo ello se adereza con unos sueldos de la población activa privada prácticamente congelados. El grueso de los trabajadores no ha registrado incrementos de salario alguno, mientras soportan subidas de todo tipo de cuota. Si la economía fuera tan bien, como aseguran desde el Gobierno, por qué aprobar a última hora un decreto de medidas urgentes y rebajar aún más el IVA. La incongruencia de las palabras en relación con los hechos denota una urgencia aún mayor. ¿Qué está escondiendo el Ejecutivo bajo las alfombras?
LA ESPAÑA DE SÁNCHEZ PASA DE LOS TRATADOS DE LA UE Y DISPARA LA DEUDA
La reflexión apunta directamente a la deuda, con un nivel prácticamente imposible de pagar. Con Pedro Sánchez, cada español debe 8.000 euros adicionales más que cuando Rajoy fue desalojado del Gobierno, hasta superar con creces los 21.000 euros por barba. España ocupa el deshonroso honor de tener la medalla de bronce entre los países con mayor deuda sobre PIB, tan sólo superada por Italia y Grecia, que junto a Portugal forman el cuarteto de siempre -el de los PIGS-.
Con Sánchez, la historia cambia, pero hacia el empeoramiento, por más que la recaudación fiscal haya registrado un récord -a costa de esquilmar a los autónomos y trabajadores-. La relación entre deuda y PIB alcanza el 113%, un nivel considerado muy elevado y que rompe con la disciplina fiscal de 2008 y de los pilares fundamentales de la UE, que fijan esta relación en el 60% como máximo.
Sin embargo, Bruselas y el Banco Central Europeo, tan propensos a mandar a la troika a Grecia y España durante la crisis de hace 14 años, han abierto demasiado la mano, permitiendo todo sin aplicar la más mínima medida para contenerlo. Esta tarea la tendrá que realizar el próximo Gobierno y quizá por ello el PSOE así lo asegura: el PP hará recortes, como en el 2012.