El pastel de cabracho es de esos platos que no son lo que parecen. ¿Por qué? Parece que es viejuno, pero el sabor es para morirse en el alto. Sublime es poco. Es una adaptación del tradicional pudín de merluza vasco y sirve para servir como un delicioso entrante que nos haga meternos a todos en el bolsillo. El creador de esta maravillosa receta que pasamos a exponer es Juan Mari Arzak, la sacó a la luz en 1971. Ha desbancado de un plumazo al de merluza, que sirvió como inspiración.
5Pastel de cabracho utilizamos un procesador
Seguimos con la receta de pastel de cabracho. Usamos un procesador o picadora. Echamos dentro 90 g de salsa de tomate frito, fina y sin pepitas, 75 ml de nata para montar, 2 huevos tamaño L, 250 g de cabracho desmigado, un poco de sal, pimienta negra recién molida al gusto, un chorrito de vino blanco. Trituramos los ingredientes. Cogemos un molde y lo pintamos con un poco de aceite, echamos una pizca de pan rallado y repartimos, quitando el exceso.