La Asamblea no es el Ayuntamiento de Madrid. En el PSOE de Madrid hay quien sí sabe manejarse y quien no. Para muchos es simplemente una agencia de colocación donde ir de vez en cuando a votar y a hacer acto de presencia y para otros requiere un trabajo constante que tiene más que ver con ser autónomo que un asalariado. El caso de Mar Espinar, exconcejal de Madrid y exportavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento, ha llamado especialmente la atención en el PSOE de Madrid porque la ven completamente «perdida». El equipo de Juan Lobato no tiene esperanzas en que la portavoz adquiera un papel protagonista, entre otras cosas, porque los diputados de la Asamblea tienen que ser a título particular los que tomen las iniciativas políticas. Ya no tiene una legión de asesores que le hagan el trabajo y ha prescindido de apoyos. Y Mar Espinar se ha perdido.
No está sola. Está Manuela Villa, mejor amiga de Begoña Gómez, mujer del presidente del Gobierno, que no tiene ni la más mínima intención de trabajar más allá de escribir algún tuit de apoyo al presidente o de colgar alguna foto en Instagram para fingir que toma iniciativas en la Asamblea. Mar Espinar quiere crecer a nivel político, pero sabe que con Pedro Sánchez en el poder no conseguirá crecer más allá de tener un puesto en la Asamblea que consiguió por la amenaza de presentar unas primarias ante la llegada de una gris María Reyes Maroto a la capital. El problema es que la falta de asesores le pasa factura a la que fue portavoz.
No se cuestiona la capacidad de trabajo de Mar Espinar, al menos no cuando tenía claro que podría llegar a ser candidata a la alcaldía de Madrid. Ahora, sin embargo, desde la Asamblea ven con curiosidad cómo Mar Espinar se adapta poco a poco a un trabajo que tiene que hacer ella sola y sin apoyo de asesores o empleados del grupo municipal, quienes hacían casi todo lo que luego se veía ante las cámaras en el Consistorio. Ahora mismo está perdida. No sabe moverse por el parlamento madrileño y anda «como pollo sin cabeza» por una Asamblea que solo controlan unos pocos en el PSOE-M. Ni siquiera le han dado protagonismo a la hora de batirse contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, dado que ese peso cae sobre Jesús Celada y el propio Lobato.
De la lista urdida por Lobato, solo hay dos personas que se han colado por imposiciones. La primera es Manuela Villa, quien ha conseguido trabajo por ser amiga de la primera dama. La segunda es Mar Espinar, colocada con calzador en la Asamblea porque lo que se buscaba era evitar que le hiciera la vida imposible a Reyes Maroto. Enma López, la otra concejala que consiguió quedarse en el Ayuntamiento, hizo lo propio, pero consiguió mejores resultados de una Mar Espinar que ahora mismo está completamente perdida y sin amigos en la Asamblea de Madrid.
Sin embargo, no solo el hecho de que esté completamente perdida ha sido una de las cosas más comentadas entre los socialistas madrileños. También que no haya abandonado su puesto público y el hecho de que se haya quedado a flote pese a que advirtió que si no era candidata dejaría la política ha llamado poderosamente la atención entre sus compañeros, pues no deja de ocupar un puesto del que podría haber dispuesto Lobato para alguien de su confianza. En cualquier caso, la mayor parte de los nombres de la lista del PSOE en las elecciones de la Comunidad de Madrid están elegidos por el secretario general del partido en la capital.