La futura presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga (PP), prevé echar a andar «en la primera semana de julio» el nuevo Gobierno, que, en principio, mantendrá el mismo número de consejerías, 9 como hasta ahora, pero con una organización «muy diferente», «más racional» y «orientada a la eficacia y eficiencia en la gestión» y no a un «reparto de intereses político ni de sillones» como, a su juicio, ocurría hasta ahora.
Además, aseguró que está «deseando» y «sueña» con ponerse ya a trabajar al frente del Gobierno (del PP en solitario) «para empezar a devolver a los cántabros ese caudal de confianza» recibido en las elecciones autonómicas del 28 de mayo.
Buruaga aspira a «revalidar» en el día a día de su gestión esa «confianza» y, para comenzar a conseguirlo, en sus primeros 100 días de Gobierno aspira a empezar algunos de los compromisos incluidos en su «contrato con los cántabros», su programa electoral, como es el de empezar a bajar los impuestos, «todos los que pueda y todo lo que pueda», algo que debe partir de un «análisis de situación» para poder determinar el «alcance» de esa reforma fiscal.
En este sentido, lo primero que hará en esta materia será bajar el IRPF a las rentas medias para compensar la inflación que está provocando una subida de precios y una carestía en el coste de la vida.
También prevé poner en marcha en esos primeros días las auditorias prometidas en la Consejería de Obras Públicas y en el Servicio Cántabro de Salud, y también medidas para reducir la burocracia, con una simplificación de los trámites y procedimientos administrativos.
Empezar a «reconstruir la sanidad» tanto en el ámbito asistencial como profesional será otro de sus objetivos desde esos primeros días, en los que prevé poner en marcha el plan para reducir las listas de espera y aspira a firmar el Pacto Profesional por la Sanidad Pública.
Y en cuanto a las leyes, prevé derogar la Ley de Memoria Histórica de Cantabria aprobada en la pasada legislatura que, en su opinión, se «lleva por delante el espíritu de la Transición», y también el proyecto de Ley de Vivienda aprobado por el Gobierno saliente (PRC-PSOE) que en este caso no ha comenzado a tramitarse en el Parlamento. Considera que esa norma «interviene al máximo» el mercado de la vivienda y tiene un «efecto contrario» a lo que pretende, que es facilitar el acceso a la vivienda.
También, tal y como ya había avanzado, modificará parte de la Ley del Suelo, concretamente aquello que tiene que ver con la regulación de la vivienda unifamiliar en suelo rústico para volver al régimen anterior que pactaron en 2012 PP y PRC y que posteriormente se cambió en la nueva norma.
«CIERTA INCERTIDUMBRE»: «NO SÉ LO QUE ME VOY A ENCONTRAR»
Para cumplir con todas esas «prioridades», Buruaga espera tener «cuanto antes un diagnóstico de situación». Y es que aunque afronta con «serenidad» y viéndose «preparada» el reto de ponerse al frente del Gobierno, ha reconocido tener «cierta sensación de incertidumbre» sobre lo que «se va a encontrar» tanto en lo que se refiere a la situación económico-financiera de la comunidad como en lo que tiene que ver con el estado de esos proyectos «estratégicos» para empezar «a cambiar Cantabria» y crear «oportunidades».
«No sé lo que me voy a encontrar, supongo que muchos problemas y también muchas expectativas», dijo Buruaga, que está «segura» de que contará con la colaboración de los empleados públicos del Gobierno, de los que conoce «su capacitación y entrega». «Sé que van a ayudar a ser un colaborador para sacar adelante lo que tenemos entre manos», añadió.
Buruaga podrá ser investida presidenta gracias a los 15 diputados con los que cuenta el PP tras la «contundente» victoria electoral y también a la abstención del PRC en base al acuerdo suscrito hace poco más de una semana.
Además, insistió Buruaga en que se trata de una acuerdo «puntual» de investidura, y no de gobierno, que no está «planteado en términos de exigencia», ni de cargos o contraprestaciones al PRC sino en una «coincidencia de voluntades» entre populares y regionalistas de que Cantabria tenga un Gobierno del PP en solitario.
Al igual que señaló el pasado 16 de junio cuando firmó el pacto de investidura con el líder del PRC, Miguel Ángel Revilla, se trata de un acuerdo que los regionalistas firmaron sin pedir «nada a cambio»; que «no ata nada» al PP y le permite cumplir su programa de Gobierno.
Buruaga sí es consciente de que el PP, al no tener mayoría absoluta en el Parlamento, «va a tener que abrir vías y espacios de diálogo y hablar con todas las fuerzas políticas».
MUJERES DEL PP AL MANDO «POR MÉRITO» Y NO «POR CUOTAS»
En la entrevista también ha sido cuestionada por el hecho de que tres mujeres del PP vayan a estar al mando en Cantabria: en el Gobierno ella misma; en el Parlamento regional, María José González Revuelta, y en el Ayuntamiento de Santander Gema Igual.
Según ha dicho, esto es algo que sirve para «desterrar clichés» y subrayó sobre todo el hecho de que tanto ella, como Igual y González Revuelta lo lograron «por mérito, capacidad y por esfuerzo» y no en base a «cuotas». «Ahí reside la verdadera igualdad de oportunidades», afirmó.
Sí ha reconoció que ser la primera presidenta de Cantabria es «un reto y una responsabilidad añadida que es muy importante». «Ser pionera en algo, abrir camino, te obliga a dejar el listón alto», aseveró.
Además, señaló que, para ella, lo «más importante» de ser la primera presidenta mujer de Cantabria es que las que vengan detrás de ella «no serán noticia». «Eso es una noticia extraordinaria», indicó Buruaga, que se felicita de que en la política de la comunidad pase lo mismo «que ocurre en otros ámbitos de la sociedad», donde también hay mujeres al frente.
Buruaga comentó que lo que «le gustaría» es que cuando tenga que dejar ese puesto los cántabros piensen que, además de haber sido la primera mujer al frente del Gobierno, ha sido «una buena presidenta», un objetivo en el que «se va a dejar la piel».