Los rankings jurídicos, reseñas verificadas de clientes reales, premios a mejor abogado penalista, el volumen de la facturación o la dificultad en los casos y su éxito son algunas de las variables para determinar quién está dentro de los mejores abogados penalistas del momento.
En el vértice de estos criterios objetivos encontramos un despacho que lleva años en boca de todos los amantes del penal, y este es Ospina Abogados quien lleva un crecimiento exponencial en los últimos tiempos fichando recientemente al fiscal en excedencia de la Audiencia Nacional Juan Antonio García Jabaloy para competir y reforzar el equipo de penal económico.
LA PRESUNCIÓN DE INOCENCIA CLAVE DEL ÉXITO DE OSPINA ABOGADOS
Ospina Abogados fue fundado en 2016 por el abogado penalista Juan Gonzalo Ospina, Juango como se le conoce en el sector, junto con su mano derecha la abogada especialista en violencia de género y delitos sexuales Beatriz Uriarte.
Refieren fuentes de los juzgados, que la clave del éxito de Ospina Abogados es la capacidad del despacho para delinear la mejor línea de defensa, esto es la mejor estrategia procesal. Ospina ha sido criticado por los más veteranos del sector, acostumbrados a la defensa de los procedimientos centrados únicamente en tesis jurídicas, jurisprudencia o teorías legales, frente al punto fuerte del despacho madrileño que es precisamente defender la presunción de inocencia.
En recientes publicaciones Juango refería: “en el derecho penal, nada es lo que parece, y la clave del éxito para cualquier penalista es marcar la estrategia procesal, conocer el marco legal, pero, sobre todo, salvaguardar la inocencia de nuestros clientes”.
EL PENAL ECONÓMICO Y EL AUGE DE LOS DELITOS PATRIMONIALES
Este despacho de abogados ha destacado como uno de los mejores despachos penalistas desde 2019, 2020, 2021, 2022 acostumbrados a la defensa de sus casos desde una fuerte óptica procesal consiguiendo varios éxitos en el Tribunal Supremo o Tribunal Superior de Justicia, donde recientemente lograba la revocación de una sentencia condenatoria impuesta por la Audiencia Nacional a un artista que era condenado a cumplir cuatro años de prisión por un delito continuado contra la propiedad intelectual y otro de estafa por el intento de la venta de obras de arte de dudoso origen. En el recurso demostraron que no se reunía el tipo penal para esa condena, logrando que el TSJM retirase la condena por el delito contra la propiedad intelectual, y evitando así que su representado entrase en prisión.
UN DESPACHO EN ALZA
La firma hace una sólida apuesta por diversificar sus ramas dentro del penal: delitos de violencia de género o delitos sexuales son gestionados por Beatriz Uriarte; Juan Gonzalo Ospina atiende el área de procesal penal; y Juan Antonio García Jabaloy, último socio en incorporarse al equipo, se orienta al Derecho Penal Económico y casos de penal internacional.
En palabras de Jabaloy, durante su participación en un reciente foro jurídico sobre delitos fiscales, las personas jurídicas “serán penalmente responsables de los delitos cometidos” por personas físicas. Sin embargo, “pueden quedar exentas de un delito fiscal si tienen un buen programa de cumplimiento”, relataba el letrado experto en delitos de estafa, insolvencia punible y delitos societarios entre otros, pidiendo mucha cautela, y es que, “cuando pensamos en persona jurídica que comete el delito se suele pensar que quien responde es el representante legal, el CEO o el administrador único, pero va más allá”, apunta Jabaloy.
LOS MEJORES CASOS DE ÉXITO EN 2023
Como decíamos la forma de constatar el peso de los mejores despachos penalistas es basándonos en sus casos de éxito, en donde Ospina Abogados ha cruzado el Atlántico para defender a un estudiante de Estados Unidos señalado por violencia de género al que se le acusaba de violar y maltratar a su pareja durante varios años mientras cursaba sus estudios en EEUU. Finalmente, Ospina demostró que la denuncia, interpuesta al regreso de la estudiante a España, se basaba en motivos espurios y celos, que se materializaron cuando su representado comenzó a subir fotos con otra pareja y la denunciante le solicitó que las borrase.
Otro caso mediatizado del despacho se dio nada más comenzar el año con la revocación de la sentencia por abuso sexual firmada por la Audiencia Provincial de Madrid quienes sentenciaban a 8 años y 6 meses de prisión, a su cliente, acusado de un delito de abuso sexual continuado, entre el año 2009 y 2012, a la hija menor de su pareja, que en el comienzo de los hechos tenía 9 años. Ospina continuó creyendo en la inocencia de su representando, que se continuaba declarando inocente, y tras gestionar un recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, se demostró las incoherencias en los testimonios de la madre e hija denunciantes y un móvil económico que subyacía en la denuncia.
Destacaba también el archivo de la causa para el conductor de un coche que era interceptado a más de 150 kilómetros por hora en un tramo de vía urbana limitado a 60 km/h. El vehículo objeto de la infracción no fue detenido en el momento. Cuando se le notificó al propietario del vehículo el delito cometido este señaló a su pareja como la autora del delito contra la seguridad vial. Por su parte ella apuntaba al propietario de ser el conductor en aquel momento. Ante esta anómala situación, sin poder atribuir la perpetración del delito contra la seguridad vial a persona alguna determinada, al no haber sido posible identificar el conductor del vehículo infractor, el Juzgado correspondiente archivó la causa.
“MUCHO POR APRENDER Y SEGUIR MEJORANDO”
Consultados con este medio el despacho penalista refiere que: “agradecemos esta información, pero nos queda mucho por aprender y seguir mejorando. Sólo intentamos hacer un buen derecho y empatizar con cada cliente intentando dar lo mejor de nosotros mismos en cada caso. Nada más”, expone Juango Ospina quien se muestra orgulloso del alcance de los “Desayunos Jurídicos” que están realizando desde el despacho semanalmente, y con los que quieren acercar la practica penal a la población en general, así como abrir debates entre compañeros de la profesión.
En cuanto a la alta competitividad que se respira en la abogacía, considera que “el nivel de los abogados penalistas en nuestro país es muy alto, por ello que se nos considere entre los mejores es un motivo enorme de satisfacción que nos anima a continuar adaptándonos a la evolución del derecho y la justicia. Somos un despacho joven sin miedo al futuro y, lo que realmente nos obsesiona, es ser bien valorados por quienes confían en nosotros”.