sábado, 14 diciembre 2024

La vieja carta a Mohamed VI condiciona a niveles récords la dependencia energética de España

La posición de Pedro Sánchez en el ámbito internacional está plagada de estrategias que llevan a la contradicción. Se ha visto en diferentes ocasiones a lo largo de su mandato, pero la carta que envió al Rey de Marruecos es una clara muestra de su unilateralidad en el terreno internacional. Sin embargo, esta decisión que tomó en 2022 para favorecer a sus relaciones con el país africano está trayendo consigo unas consecuencias que le enfrentan directamente con la posición de la OTAN y de la Unión Europea en la guerra de Ucrania, así como con sus propias decisiones en un conflicto bélico en el que Rusia, aunque tenga vetos internacionales impuestos, sigue siendo una potencia mundial de la que España también depende.

El actual Presidente del Gobierno tomó una decisión unilateral en el 2022 sobre la posición de España en cuanto a la soberanía de Marruecos en el Sáhara Occidental, para así paralizar la crisis que se produjo en las relaciones entre ambos países. Para ello, Pedro Sánchez escribió una carta a Mohamed VI en la que quería «transmitir algunas ideas importantes para la nueva relación entre los Reinos de Marruecos y España». En ella, el Presidente apoyaba la «propuesta marroquí de autonomía presentada en 2007 como la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo».

Este gesto, con el que quiso complacer al país vecino, fue una consecuencia de que Marruecos pusiera «contra la pared» la resistencia de la frontera en Ceuta, haciendo una muestra de su poder y abriendo la valla de esta ciudad autónoma para permitir el paso ilegal de hasta 6.000 personas migrantes. Sin embargo, Sánchez no tuvo en cuenta el efecto que podría acarrear su decisión para la estrategia internacional con otros países en general, y para la exportación de combustible de España en particular. En este sentido, cuando Argelia conoció la noticia de la nueva posición de nuestro país en el territorio saharaui, decidió cortar parte del acceso de España a su gasoducto, llegando a reducir a la mitad su exportación en 2022.

La dependencia de España del gas ruso marca su récord en mayo de 2023

En este contexto internacional, Pedro Sánchez ha tenido que depender del gas procedente de Rusia para poder abastecer el consumo nacional y cumplir con su compromiso de la Alianza Ibérica de bajar los precios. La máxima representación de este consumo se ha ejecutado en mayo de 2023, cuando España alcanzó los 9.663 gigavatios hora (GWh), erigiéndose así como el segundo principal suministrador del mes al cubrir el 27,8% de la demanda española. En contraposición, el consumo de gas procedente de EEUU ha protagonizado un desplome de hasta el 85%, en comparación al mes de mayo del año anterior.

Aunque Argelia sigue siendo el principal suministrador de gas de España por la vigencia del contrato que tiene con Naturgy hasta 2032, el país africano está haciendo uso de sus gasoductos como herramienta política para presionar la posición de Pedro Sánchez en el Sáhara Occidental. A este conflicto de intereses en el que España está reconocido por Naciones Unidas como un eslabón con especial relevancia, hay que añadir que Argelia también usa su gasoducto contra Marruecos, a quien tiene «cortado el grifo» desde 2021. Por su parte, España estuvo transfiriendo gas al Rabat, aunque la ministra Ribera afirmó que «no era del que Argelia facilitaba a España».

El consumo de gas ruso contradice la posición de España en la Guerra de Ucrania

Desde que se declaró la guerra de Ucrania, la OTAN y la Unión Europea se han posicionado claramente en contra de Rusia y de su gestión, apoyando diferentes vetos y sanciones, así como siendo un apoyo fundamental para el país liderado por Volodímir Zelenski. En este sentido, el Gobierno de Pedro Sánchez no solo ha validado todas las decisiones que se han tomado desde los organismo internacionales, sino que está siendo un país fundamental en el apoyo a Ucrania, tanto en la exportación de armas, como con la recuperación financiera y económica de este país que colinda con Europa.

La compra de gas a Rusia supone que Pedro Sánchez, aunque públicamente muestre sus apoyo a la lucha ucraniana en el conflicto con Putin, depende de este país para cumplir con las necesidades del consumo nacional y con los intereses económicos de España en materia de exportación de energía. Por lo tanto, mientras que el Presidente del Gobierno continúe con su política para mejorar las relaciones con Marruecos, Argelia seguirá interviniendo la exportación de gas natural al territorio español y obligará al Gobierno a proveerse de otras fuentes como Rusia, aunque suponga posicionar a Pedro Sánchez en una contradicción política más a nivel internacional.