viernes, 22 noviembre 2024

ERC y JxCat recrudecen su encarnizada guerra ante la debilidad de Aragonès

ERC y JxCat mantienen su particular guerra a apenas un mes de celebrarse las elecciones generales y en plena negociación por formar Ayuntamientos, Diputaciones, Consejos Comarcales e incluso entes tan importantes como el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) o Barcelona Serveis Municipals (BSM), entre otras.

Ambas formaciones ponen en juego la gestión de más de 6.000 millones de euros, contando únicamente los principales Ayuntamientos, Diputaciones y el AMB. Sólo el de Barcelona alcanza los 3.500 millones, mientras la Diputación de Barcelona suma 1.200, como el Área Metropolitana de Barcelona. A estos montantes se les suma el juego de sillas, las electas y los cargos de confianza, cuyas retribuciones superan los 60.000 euros brutos anuales.

La herida entre ERC y JxCat comenzó a nacer con la ruptura independentista en 2021. Pere Aragonés convocó las elecciones tras prescindir de todos y cada uno de los consejeros de JxCat, incluidos los cargos asociados. La sangre continúa brotando desde entonces, sin pacto alguno entre ambos grupos. De hecho, el PSC es el principal beneficiado al obtener cotas de poder perdidas, como el acuerdo sellado por las Diputaciones de Lleida y Tarragona, mientras tratan de cerrar un pacto en el Ayuntamiento de Barcelona tras descartar la propuesta de Ada Colau de tener tres alcaldes.

ERC SE ENCUENTRA CON EL PSC PARA REPARTIR SILLONES

Las posturas enconadas y sin posibilidad de revertirse la situación, ERC ha proseguido con la ruptura del independentismo y sin atisbo de volver a reconducir la idílica pasión con un JxCat sin un líder claro y diversas corrientes internas. No obstante, los liderados por Carles Puigdemont y el sector de Laura Borràs apuestan por ir en solitario antes que pactar con los republicanos, a quienes ven como una continuación del autonomismo cuyo objetivo son los sillones y no el programa.

Aragonés, por su parte, ha tenido que hacer frente a una remodelación de su propio Ejecutivo autonómico, con el cese de tres consejeros, incluido el polémico Josep Gonzàlez-Cambray, detestado por la oposición y la comunidad educativa. En su lugar se ha situado a Anna Simó, experta en lidiar con todo tipo de Gobierno, desde el tripartito de José Montilla hasta la coalición que protagonizaron ERC y CiU, antes de la extinción de esta última.

Estos acuerdo entre socialistas y republicanos han provocado el recelo en las filas de JxCat, una visión demagoga y una queja vacía ya que los independentistas de Puigdemont habían pactado con los socialistas de Salvador Illa el reparto de asientos hace cuatro años. Junts, por boca de su portavoz en el Parlament, Albert Batet, ha pedido a Aragonès que rectifique o bien convoque elecciones anticipadas en Cataluña al haber apelado a la unidad independentista el fin de semana pasado y llegar a acuerdos con el PSC días después.

ERC PREFIERE LA GEOMETRÍA VARIABLE Y LA AMBIGÜEDAD

Aragonès no sólo practica la incoherencia en ERC sino también la geometría variable, pactos pragmáticos y puntuales para salvar votaciones u obtener más asientos en las instituciones. Todo ello sin eludir su compromiso con la ruptura con el resto de España. Sin embargo, JxCat se niega a jugar a este juego político que tan sólo beneficia a quien se pone de perfil, como el PSC.

Llamar a la unidad independentista y negociar con el PSC es un sinsentido

Los nacionalistas y conservadores de JxCat desconfían de ERC, más cuando su discurso cambia en función del lugar donde se pronuncien las declaraciones y parlamentos. En Madrid dicen una cosa y en Cataluña otra. Tan sólo hay que escuchar a Gabriel Rufián, más preocupado por su escaño en Madrid antes que hacer oposición en Santa Coloma, con cuatro concejales, frente a los 17 del PSC.

Pere Aragonès, líder de ERC y presidente de la Generalitat
Pere Aragonès, líder de ERC y presidente de la Generalitat

Aragonès, por su parte, prefiere no meterse en esta guerra dialéctica y llama a la colaboración, pero mientras los hechos hablan por sí solos. «Llamar a la unidad independentista y negociar con el PSC es un sinsentido, una muestra más de cómo son los de ERC», afirman fuentes de JxCat. Desde ERC les afean a JxCat los pactos con el PSC en entes municipales, como la Diputación de Barcelona.

Ninguno de los dos recula en estas posturas enfrentadas, con descalificativos y ataques que se han trasladado de la Cámara catalana a las redes sociales. Oriol Junqueras, presidente de ERC, ha pedido respeto, mientras JxCat tilda a Aragonès de estar desautorizado.

EL PSC, LA MULETA DE ERC

A estas disputas verbales se han sumado sendos comunicados con graves acusaciones por dar la espalda a la independencia tanto uno como otro bando. De nuevo, los pactos con el PSC salieron a colación, pero los socialistas evitan posicionarse en favor de unos y otros. Ya les va muy bien que Jaume Collboni haya sido la segunda fuerza en Barcelona, a la espera de los recursos de Ada Colau.

Tal son las posturas, que ERC ha preferido ir, como siempre, con Bildu a las elecciones generales, dejando a Junts solo y descompuesto, más cuando el independentismo no encuentra un partido para aglutinarse, como ocurriera en 2015.

La CUP, fuera del Ayuntamiento de Barcelona en los pasados comicios del 28 de mayo, no lograría tampoco representación en el Congreso de los Diputados. Los votantes les ven como unos oportunistas y que tan sólo se les engaña una vez. La formación de extrema izquierda tiene tan sólo una diputada, Mireia Vehí.

Cabe señalar que Aragonès no ha logrado atar un pacto de largo plazo ni con JxCat ni tampoco con el PSC para mantener viva la legislatura, si bien los socialistas serían su muleta, como han venido haciendo cada vez que lo han necesitado.