Las piedras preciosas o gemas, empleadas como elementos decorativos desde antes de los sumerios, hace unos 7.000 años, se clasifican en función de su dureza. Así, las que alcanzan una puntuación entre 8 y 10 son las auténticas piedras preciosas, mientras que las que están por debajo de 8 se consideran semipreciosas u ornamentales.