Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Murcia, parece tener las claves de la siesta perfecta: tiempo, lugar y cómo evitar que nos suba la tensión o nos haga engordar. En el caso de las personas que se echan siestas cortas, cuya duración era igual o menor de 30 minutos, tenían menos probabilidad de tener una presión arterial sistólica alta en comparación con los que no dormían la siesta.
En cuanto a las personas que fuman, fumar un mayor número de cigarrillos al día se asociaba con siestas más largas y con un mayor índice de masa corporal. También comer más en almuerzo y cenar e irse más tarde a dormir.
En cuanto al lugar donde es mejor dormir una siesta, los investigadores han concluido que es preferible elegir el sillón o el sofá a la cama. La razón es que se ha visto una mayor asociación de las siestas en la cama con las siestas largas y una presión arterial más elevada. Por tanto, las siestas cortas de 30 minutos o menos protegen del riesgo cardiovascular.