Cepsa y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han firmado un acuerdo para investigar la viabilidad de plantar cultivos energéticos de cobertura en diferentes zonas rurales de España, informó la compañía.
En concreto, un estudio determinará las zonas donde sembrar cultivos que no compiten con la alimentación y que suministrarán la materia prima necesaria para producir biocombustibles de segunda generación (2G).
Además de la viabilidad de su plantación, el estudio, que tendrá una duración de un año, también analizará los tipos de cultivo más idóneos en cada zona, así como su capacidad de absorción de CO2, identificando así los que sean más beneficiosos en términos medioambientales.
A través de estos cultivos, la España vaciada podría diversificar sus fuentes de ingresos mientras se mejora la calidad del suelo y aumenta la capacidad de retención del agua de lluvia.
Estos cultivos se denominan de cobertura porque protegen el suelo de la erosión entre los periodos principales de siembra y energéticos porque producen la materia orgánica necesaria para producir biocombustibles de segunda generación.
Estos biocombustibles reducen hasta un 90% las emisiones de CO2respecto a los combustibles tradicionales y son clave en la descarbonización del transporte aéreo, marítimo y terrestre.
El director de Biocombustibles de Cepsa, Javier Antúnez, indicó que el objetivo de este acuerdo con el CSIC es «ampliar la obtención de materias primas circulares para la producción de biocombustibles de segunda generación, que nos permitan impulsar la descarbonización de sectores cuya electrificación es compleja, como el transporte pesado por carretera, el marítimo o el aéreo, a la vez que generamos nuevasoportunidades económicas y de desarrollo para el campo español».
Por su parte, Leonardo Velasco, investigador en el Instituto de Agricultura Sostenible (IAS) del CSIC, destacó que en España «hay potencial para la introducción de cultivos no alimentarios en terrenos no empleados para la producción de alimentos o en épocas del año en las que el suelo no se cultiva«.
Este acuerdo responde al objetivo de Cepsa de liderar la fabricación de biocombustibles 2G en España y Portugal. En 2030, la compañía contará con una capacidad de producción anual de 2,5 millones de toneladas de biocombustibles, de las que 800.000 toneladas serán de combustible sostenible de aviación (SAF, por sus siglas en inglés), una cantidad de combustible sostenible de aviación suficiente como para sobrevolar 2000 veces el planeta.