El nuevo «regalo» del Gobierno de España a Marruecos está tasado en nada menos que cuatro millones de euros. Una vez más, el destinatario final de este lote es el ministerio del Interior marroquí y el «detalle» que el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha tenido con Mohammed VI son varios vehículos, desde camiones hasta ambulancias, para que el país africano disponga de ello a su voluntad. La herramienta que ha utilizado Moncloa para dar este dinero es la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIAPP), una institución del Gobierno que no es la primera vez que es de utilidad para los intereses en materia de política exterior del presidente.
«La FIIAPP precisa formalizar la contratación mixta del suministro, en régimen de adquisición, de diferentes tipos y unidades de vehículos para apoyar al Ministerio del Interior de Marruecos en el marco del proyecto “Apoyo a la gestión integrada de fronteras y de la migración en Marruecos” (EUTF-NOAMA-05), con garantía técnica y entrega en Marruecos, (con servicio de formación en el mantenimiento de los quads y buggies) y la posibilidad de aportar mejoras en los vehículos. El objeto del contrato se divide en los lotes siguientes: Lote 1: Moto quads/ATV; Lote 2: Buggies; Lote 3: Camiones frigoríficos; Lote 4: Ambulancias». En este documento al que ha tenido acceso MONCLOA.com se ve claramente que la motivación para estos nuevos regalos tasados en 4.000.000 euros es el control de la inmigración.
Hasta los plazos son cortos. Concretamente, la entrega de todos estos vehículos se debe hacer en un máximo de 10 meses. Pero lo más llamativo es el número de vehículos que le van a dar al ministerio de Interior de Marruecos. Concretamente, las cifras son: 60 quads, 15 buggies, cinco camiones frigoríficos y diez ambulancias. En total, el coste de todo esto asciende a los cuatro millones de euros y la entrega se ejecutará previsiblemente antes de que acabe el año. Esto se suma a otros regalos en forma de vehículos que España le ha hecho a Marruecos con el mismo objetivo de controlar la inmigración. Lo mejor de todo es que estos coches que va a entregar España también vienen con garantía de dos años. Cualquier problema, el país se hará cargo de lo que surja.
Al mismo tiempo, hay una serie de requisitos mínimos que el Gobierno de Marruecos ha exigido a España sobre estos vehículos de los que le van a hacer entrega. Los quads, por ejemplo, no se contempla que tengan menos de 90 caballos, que no sean de inyección electrónica y que tengan una cilindrada mínima de 1.000 centímetros cúbicos. Los buggies deben tener tracción total y una cilindrada mínima de 1.000 también. Los camiones frigoríficos tienen que tener un mínimo de 200 CV y 4.800 cc. Y suma y sigue. Sea como sea no quieren vehículos de mala calidad y piden unos estándares básicos.
Estos regalos no son algo nuevo ni mucho menos algo excepcional. El Gobierno tiene la costumbre de utilizar tanto el Ministerio del Interior de Fernando Grande-Marlaska como Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), que depende del Ministerio de Exteriores de José Manuel Albares, para lanzar ayudas y subvenciones a los países africanos para controlar la inmigración. El problema es que quien tiene la llave del flujo migratorio es precisamente Marruecos, razón entre otras cosas por las que se beneficia de estas ingentes cantidades de ayudas públicas que se suman al dinero de los fondos reservados que también aterriza en el país africano, tal y como cuentan fuentes precisamente del Ministerio del Interior.
Todos estos vehículos no son algo nuevo para el ministerio del Interior de Marruecos. El año pasado se repitió exactamente la misma jugada solo que con otros nombres y otros modelos. En este caso hablábamos también de quads, pero de camiones para transporte. Este tipo de subvenciones motiva a la oposición a alimentar la idea que tanto se ha comentado en los pasillos del Congreso de qué le debe Pedro Sánchez a Mohammed VI y a Marruecos. El número de subvenciones son ya preocupantes, y más si se engloba en el giro de Sánchez con el Sáhara Occidental.