El deseo sexual es el impulso que nos motiva a relacionarnos y querer intimar con otras personas. Es una emoción compleja y puede variar mucho entre individuos. En el caso de los hombres, con el paso del tiempo y por un proceso natural de envejecimiento, disminuye la producción de testosterona, que es la hormona que regula el deseo sexual.
Sin embargo, la testosterona no es el único factor que influye en la libido y el vigor masculino. El estado emocional y el entorno también pueden causar una disminución del deseo. Problemas tan habituales como el estrés, la ansiedad o la depresión, pueden aniquilar de raíz cualquier atisbo de lujuria y dejar al hombre que los sufre sin esa chispa sexual que le hacía sentir tan vivo.
4FALTA DE LIBIDO Y RESPUESTAS INFLAMATORIAS
El estudio no pudo hallar una relación similar entre el deseo sexual de las mujeres y el riesgo de mortalidad, pero los investigadores han sugerido la probabilidad de que un descenso de la libido puede contribuir a desencadenar el desarrollo de una serie de respuestas inflamatorias, inmunitarias y neuroendocrinas, al menos en los hombres.
La falta de libido también se relaciona con una mala salud general, obesidad, malos hábitos alimentarios o problemas de salud mental. Es decir, que la salud y el deseo sexual pueden repercutir uno sobre otro de forma recíproca.