La termogénesis, es decir, la capacidad de un organismo para generar calor, es muy rara en la flora. Sin embargo, hay casos excepcionales. Se diferencian tres plantas en cuanto a su forma de generar calor. En primer lugar, se encuentra la ‘flor cadáver’, que en cuanto a términos de tasa máxima de producción de calor en toda la flor, es la flor con tasa más elevada. En segundo lugar, en relación a la tasa de calor más elevada en relación con su masa, la Arum concinnatum, es la flor más calurosa. Y en tercer lugar, en función de la diferencia entre temperatura ambiente y la de la flor, se ha determinado que, en estado silvestre, la ‘col de mofeta’ está 25,6 ºC más caliente que el aire de su alrededor.