sábado, 23 noviembre 2024

Ana Obregón se sincera en su libro que ya es un best-seller

El pasado miércoles salió a la venta el libro de Ana Obregón, ‘El chico de las musarañas’, en el que la reconocida actriz y presentadora, narra una historia conmovedora y llena de emotividad. En sus páginas, Ana nos muestra su lado más personal y nos invita a reflexionar sobre la importancia de la vida y el valor de la esperanza.


En este libro, Ana Obregón nos cuenta la historia de su vida y su experiencia con el cáncer, una enfermedad que ha marcado su vida de manera significativa. Pero no solo nos habla de su propia lucha contra la enfermedad, sino también de la lucha que llevó a cabo junto a su hijo, Aless Lequio, quien falleció en 2020 a causa de esta enfermedad.
‘El chico de las musarañas’ es una obra que nos muestra la fuerza y el coraje de Ana Obregón y de su hijo Aless en su lucha contra el cáncer. A través de sus páginas, podemos conocer la historia de una madre y un hijo que no se rindieron ante la adversidad y que encontraron en el amor y la esperanza la fuerza necesaria para seguir adelante.

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La emotiva carta póstuma de Aless Lequio al verdadero amor de su vida

Ana Obregón

La carta escrita por Aless Lequio es para un amor que nunca conoció en vida, es un testimonio conmovedor de la profundidad de su alma y la intensidad de sus emociones.
La carta comienza con una confesión honesta: «Te escribo porque no te conozco. Vivo anclado a la posibilidad de conocerte, pero ya no sé si lo haré en lo que me queda de vida». Esta apertura deja en claro que Aless estaba buscando algo más allá de las relaciones superficiales.
La siguiente parte de la carta es quizás la más emotiva: «Tengo cáncer, pero lo peor de todo, tengo miedo». Una declaración que nos muestra su vulnerabilidad en su lucha contra la enfermedad. Es una confesión realista que refleja el dolor y la incertidumbre que enfrentan muchos pacientes con cáncer.


A continuación, se dirige a su amor imaginario, transmitiéndole sus pensamientos más íntimos en una carta que culmina así: “Sé que no eres el amor de mi vida, porque sería mi vida entera. Porque seríamos uno. Porque sería para siempre”. La respuesta de Ana Obregón a esta carta es igualmente conmovedora y profunda. “Ojalá donde estés dormido sueñes con todo lo que no pudiste vivir. Dime, por favor, para que pueda sentir un instante de paz, si por lo menos en tus ensoñaciones apareció ese amor y que duerme junto a ti en la eternidad”.