El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijoo, se ha ganado a la fuerza un nuevo mote en Génova. No se lo dicen a la cara, pero lo comentan por los pasillos. La desesperación de algunos populares en el PP se ha dejado notar y más de uno ya busca la forma de intentar «espabilar» al presidente popular para ver si así consiguen nuevos resultados. «Nos comen las encuestas», aseguraban desde el Partido Popular. Ahora directamente «conspiran» en los pasillos sobre qué hacer para intentar reactivar la oposición «desparecida». Entre crítica y crítica, quienes se refieren al nuevo presidente popular lo hacen como «el insolvente». La tensión crece e Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, se ha puesto las pilas para intentar ocupar ese vacío de poder.
Otros hablan de «Mariano Feijoo», pero la mayoría se ha lanzado a popularizar el término de «el insolvente» hasta el extremo de moverlo en las redes sociales como hashtag, algo que según fuentes del partido ha salido de dentro de la formación. Las críticas más duras a Feijoo vienen de dentro. Y no necesariamente porque le consideren un mal candidato, sino porque creen que su estrategia de encerrarse en sí mismo no está saliendo demasiado bien. La percepción general en el Partido Popular es que están perdiendo la oportunidad de hacer oposición en condiciones. Y solo les salva que Vox está aún más desaparecido del panorama político general que el resto.
El enfado general a nivel interno no es solo con el presidente del partido, sino también con su equipo. El clan gallego, tal y como lo denominan en Génova, es ese equipo de seis que Feijoo se ha traído de Galicia y que gestiona todas las decisiones con una opacidad y una tendencia por no exponer al líder que empieza a desesperar en el Partido Popular. Aunque haya cometido ciertos errores como lo de hablar de prohibir los coches con más de diez años de antigüedad, lo cierto es que en el PP quieren que Feijoo se exponga más y apueste por una línea más activa. Mientras mantenga el estilo de Rajoy, seguirá cosechando enemigos, pero sobretodo conseguirá que quienes esperan verle caer aumenten su presión. Ahora mismo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, está pendiente de ocupar ese vacío de poder.
Al mismo tiempo, desde el Partido Popular temen que la dependencia de Vox les pase factura. Saben que Santiago Abascal e Iván Espinosa de los Monteros exigirán ministerios al igual que lo hizo en su momento el exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias. Ahora mismo, Alberto Núñez Feijoo se mueve en una cuerda que no le permite pasarse con Vox pese a que sabe que todo su electorado es potencial votante popular. Entretanto, Feijoo se apalanca en las encuestas con un resultado que solo es aceptable si Vox lanza su salvavidas en forma de ministerios de Estado. Siempre y cuando sumen, claro.
CAÍDA EN LAS ENCUESTAS
El «inmovilismo» de Alberto Núñez Feijoo se ha agravado por las encuestas. El Partido Popular empieza a ver la posibilidad de que la irrupción de la vicepresidenta Yolanda Díaz ayudará al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a mantener la Moncloa. Las expectativas electorales del PP se hunden y Alberto Núñez Feijoo sigue escondiendo la cabeza. En Génova ya empiezan a verse las quejas por el hecho de que el estilo del presidente gallego es literalmente «el mismo» que el de Mariano Rajoy. Inmovilismo, estatismo y de vez en cuando alguna declaración sin arriesgar. En Génova culpan a su equipo, ese mismo que le acompañó durante su legislatura en la Xunta de Galicia y que ahora gestiona el partido a nivel nacional como si de su comunidad autónoma se tratara. Y una vez más, las fuentes de Génova repiten la misma frase: «Esto no es La Voz de Galicia».
La nuevas noticias son los sondeos internos y las encuestas que se han hecho públicas a través de los medios de comunicación. Ya se empieza a ver que el PP ha salido perjudicado tras la moción de censura. Las encuestas hablan de que el PSOE podría mantener la Moncloa y sumar con Yolanda Díaz. Todos los planes del presidente del Gobierno podrían salir como espera especialmente porque el PP de Feijoo no tiene mordiente. Esto, que empieza a ser un motivo de desesperación dentro del Partido Popular, no parece importar al «clan gallego» que sigue encerrado en Génova recomendando a su presidente que se mantenga apartado de los focos para no cometer errores. Las similitudes con Mariano Rajoy son enormes, y eso sin entrar en los nombres con los que Feijoo querría contar para formar su hipotético Gobierno (cada vez más lejano).