sábado, 23 noviembre 2024

Una bola de fuego generada tras el impacto de un trozo de asteroide contra la atmósfera se extingue en Argés (Toledo)

El Complejo Astronómico de La Hita (Toledo) ha captado el impacto de una roca procedente de un asteroide contra la atmósfera, lo que ha generado una espectacular bola de fuego, que se extinguió a una altitud de unos 24 kilómetros sobre la localidad de Argés.

Este fenómeno, que fue visto por multitud de personas y ha sobrevolado Madrid y Castilla-La Mancha, cruzó el cielo nocturno a las 21.18 horas de este domingo, y su brillo «fue superior al de la Luna llena», según ha informado La Hita.

También fue grabado por los detectores que la Red de Bólidos y Meteoros del Suroeste de Europa (Red SWEMN), que opera en el Complejo Astronómico de La Hita (Toledo).

Estos detectores trabajan en el marco del Proyecto SMART, que se coordina desde el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) con el objetivo de monitorizar continuamente el cielo para registrar y estudiar el impacto contra la atmósfera terrestre de rocas procedentes de distintos objetos del Sistema Solar.

De igual modo, los detectores que este mismo proyecto de investigación tiene instalados en los observatorios de Calar Alto, Sierra Nevada, Sevilla, La Sagra (Granada) y Huelva también la han captado, siendo analizada por el investigador responsable del Proyecto SMART, el astrofísico José María Madiedo del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC).

Estas rocas que se cruzan con la órbita de la Tierra reciben el nombre de «meteoroides». El brusco rozamiento de la roca con la atmósfera a esta enorme velocidad hizo que el meteoroide se volviese incandescente, generándose así una bola de fuego que se inició a una altitud de unos 88 kilómetros sobre la localidad de Torrejón de Velasco, en el sur de la Comunidad de Madrid.

Desde allí avanzó en dirección suroeste y se extinguió a una altitud de unos 24 kilómetros sobre la localidad de Argés, provincia de Toledo. La bola de fuego recorrió una distancia total en la atmósfera de unos 78 kilómetros.

El análisis preliminar del evento indica que la roca no se destruyó completamente en la atmósfera: una parte de ella habría sobrevivido, cayendo al suelo en forma de meteorito en la provincia de Toledo.