jueves, 12 diciembre 2024

Podemos se va a los supermercados para hacer campaña a favor de ponerle tope a los alimentos

Con la cercanía de las elecciones autonómicas y municipales, desde Podemos están más desesperados que nunca por recuperar la simpatía del electorado y han escogido dos temas bandera para quemar los últimos cartuchos antes de medirse en las urnas: ponerle tope a los precios de los alimentos y la ley de vivienda.

El partido morado se ha preparado algunas piezas propagandísticas hechas a las puertas de supermercados donde conversan con los consumidores sobre el precio de los alimentos y casualmente, para algunos de los entrevistados la solución es justamente que el Gobierno acceda a ponerle un precio tope a los alimentos.

En una de las piezas del partido que dirige Ione Belarra consultan a los entrevistados sobre una lista del supermercado, poniéndole tres posibilidades de precios, en una lista con productos básicos que ascendía a 90 euros. En cada una de las entrevistas el partido dejó claro que los precios de los alimentos se han incrementado significativamente y que la situación de la economía se ha complicado, pese a las medidas tomadas por el Gobierno de Pedro Sánchez, de reducir el IVA en algunos alimentos.

Los socios de Gobierno están desesperados y tirando del populismo bolivariano de sugerir que la alternativa para que los precios de los alimentos no continúen subiendo es obligar a los supermercados a ponerles un tope, o en cambio ofrecer un subsidio del 14%, tal como el 20% que tuvieron los combustibles durante algunos meses del año pasado.

La tolda morada ha comprado una de las ideas de Yolanda Díaz, que fue la primera en proponer esta alternativa, en vista de que la inflación en el rubro de los alimentos es la que se ha mantenido más alta desde que se inició la crisis económica a partir del año pasado, cuando comenzó la invasión de Rusia a Ucrania y que el mes pasado cerro con un alza interanual de 16%, en especial los rubros básicos como el azúcar, la leche, los huevos, el aceite, el pan y las frutas y verduras, así como los alimentos frescos, que son los que mayormente consumen en los hogares españoles.

Con esta estrategia del populismo alimentarios, el partido de Ione Belarra intenta además levantar la crisis de liderazgo que tienen a lo interno, pues a menos de dos meses de las elecciones municipales y autonómicas la formación política todavía no tiene claro cuál será su destino, pues todavía está en veremos la posible alianza con la plataforma política de Yolanda Díaz. Podemos ha pedido una coalición en la cual se gestionen las candidaturas a partir de unas primarias, pero la ministra de Trabajo pasa de ellos y ha dicho que será más adelante cuando se tomen las decisiones importantes, porque no será hasta el próximo 2 de abril que se formalice el lanzamiento de Sumar y se perfile el destino político de la tolda morada.

Desde hace meses Belarra ha insistido una y otra vez en la necesidad de que el Gobierno de Pedro Sánchez a topar los precios, pues para ellos no es una alternativa que se les hagan llamados a los empresarios para que tomen conciencia sobre los márgenes de ganancias. Podemos sugiere que lo mejor es que se les obligue directamente y ahora pretender aupar esta iniciativa, mediante las pizas de propaganda donde utilizan a los consumidores para que hagan la misma sugerencia.

Esta idea de Podemos ha sido duramente criticada tanto por los empresarios como por los políticos de oposición, pues recuerdan que en países como Venezuela, decisiones impuestas por la dictadura, como el control de precios, solo generó escases de los rubros más importantes de alimentos.

Lo que el partido de Ione Belara sugiere es que el Ejecutivo obligue a los supermercados a congelar los precios de los alimentos al monto que costaban en febrero del año pasado, cuando comenzó la guerra en Ucrania, pero está visto que tras toda la tensión que ha generado entre Podemos y el PSOE a raíz de las consecuencias que ha dejado la entrada en vigencia de la Ley del Solo sí es sí, no están los morados justamente para continuar presionando a Pedro Sánchez y al resto de los ministros socialistas que por esta época están cada vez menos dispuestos a mostrarse como «aliados» de Podemos.