viernes, 22 noviembre 2024

El thriller ‘Red subterránea’, un aldabonazo para despertar a lectores ‘adormilados’

Editorial Caligrama, siempre atenta a los nuevos talentos emergentes, pone en el mercado una novela que supone una llamada de atención para entender cómo se fragua la globalización.

«Globalización y universalidad no van de la mano, son más bien excluyentes. La globalización se da en las técnicas, en el mercado, en el turismo, en la información. La universalidad es la de los valores, los derechos del hombre, las libertades, la cultura, la democracia». Una cita más: «Al parecer, la dignidad de la vida humana no estaba prevista en el plan de globalización». La primera la firma el célebre filósofo Jean Baudrillard y la segunda proviene del añorado literato Ernesto Sábato.

Las dos son las seleccionadas por el intelectual peruano Alcides Vargas Echegaray para encabezar una novela primorosa, edificada como una campo de batalla literario, sin concesiones ni melindres, y que supone toda una llamada de atención al lector despiertoRed subterránea es, por muchos motivos, una novela que merece la pena leer en estos tiempos líquidos y plagados de la posverdad que manda en las mentes de todos.

La trama, magníficamente trazada, opera con una mirada larga y habla de un personaje con trazas de convertirse en icónico y memorable. Iñaki ha dejado de ser Iñaki para convertirse en Charles y, de ahí, ha saltado a Giovanni. Este doble cambio de personalidad se debe a que con el paso del tiempo ha mutado de ser un prometedor profesional en Donostia-San Sebastián a un organizer de la red subterránea que tiene como objetivo hacer llegar el insumo químico a los productores de sustancias derivadas del látex obtenido de las cápsulas de las amapolas rozadas de Afganistán y Paquistán, durante la guerra que asola recurrentemente a ambos países.

La documentación que utiliza el autor es de tal magnitud y primor que el lector se verá atrapado en una galería de espejos, donde se manejan diversas organizaciones que compiten entre ellas por liderar el mercado de consumidores de conflictos bélicos programados a tal efecto. Por supuesto, el respaldo financiero de estas redes del hampa también aparece descrito de una manera tan prolija que será irremediable que el lector no comience a hacerse preguntas sobre cómo funciona el mundo actual, donde la globalización, vendida como un gran logro, puede esconder una trastienda horrible.

A continuación, se echa un vistazo, sin destripar nada, al interior de las páginas para degustar la potencia de una narrativa, que puede marcar un antes y después en los lectores: «Sus acechadores, tomando en cuenta los códigos de los Grupos organizados, podían ser lituanos o lapones, blancos o mongoles, inclusive podían ser mujeres que disparaban sus armas cortas con la misma precisión que sus camaradas varones. Estaba claro que podía ser cualquiera. Igual, la víctima pudiera ser cualquiera, alguien a quien apestaran sus calcetines transpirados, alguien a quien le cayera mal su forma de peinarse o su modo de hablar con tanta zeta o con tanta ese. Se puso a pensar en una de las anfitrionas y se le metió a la cabeza que ella no podía ser, a pesar de que también ella tenía tatuada una estrella, de no más de diez milímetros, en una de las mejillas. Era simple: no debía confiar demasiado, a la vez que no debía vivir en la desconfianza absoluta».

El autor

Alcides Vargas Echegaray (Cusco, Perú, diciembre de 1946). Se graduó como médico en la ciudad de Rosario (Argentina) el año 1975. Ganó el premio Ciudad de los Perros – Mario Vargas Llosa el año 2006 por su novela Tierra prometida. También se hizo con el premio Regional de la Cultura, en Perú el año 2004, por su novela Lazos de sangreSu carrera literaria apunta muy alto.

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