El chavismo está implosionando desde sus propias bases y tras la revuelta del fin de semana que acabó con la dimisión de ministro de Petróleos, Tareck El Aissami y la detención del juez Macsimino Márquez, el jefe de la Superintendente Nacional de Criptoactivos (Sunacrip), Joselit de la Trinidad Ramírez Camacho; el diputado Hugbel Rafael Roa Carucci, el exdiputado Edwin Rojas, el vicepresidente de Comercio y Suministro de Calidad de Petróleos de Venezuela (PDVSA), coronel Antonio Pérez Suárez, Cristóbal Cornieles, presidente del circuito penal de Caracas, y el alcalde de Las Tejerías, Pedro Hernández.
En total, se dice que ya hay más de 19 funcionarios del chavismo detenidos tras una investigación hecha por la Policía Nacional Contra la Corrupción (PNCC) impulsada desde el núcleo más duro del poder en Venezuela, que le reporta directamente a Nicolás Maduro. La «razia» interna que dejó tambaleante al círculo de poder que dirigía el también exministro El Aissami se debió a la supuesta «pérdida» de 3 mil millones de dólares provenientes de la venta de petróleo en el país suramericano.
Sin embargo, las autoridades venezolanas están enfocadas en llegar al fondo de la investigación, no porque tengan la necesidad de hacer justicia, sino porque todo indica que los movimientos de estos «aliados» estaban enfocados en hacerse con el poder en Venezuela a corto plazo y es por ello que están moviendo sus hilos para tratar de indagar sobre los posibles testaferros de los implicados en este escándalo de corrupción y los negocios que pudiesen tener en España.
Es por ello que están canalizando, a través de la recién designada embajadora de Venezuela en el país, Coromoto Godoy, que además es aliada directa de Nicolás Maduro, la obtención de información sobre ciertos personajes que estarían afincados en España y que podrían formar parte de esta red corrupta que presuntamente habrían invertido importantes cantidades de dinero en el sector inmobiliario madrileño.
De momento, el régimen de Nicolás Maduro está enfocado en hacer caer a todo el círculo cero de El Aissami, para tratar de aniquilar el poder que ha logrado acumular durante todos los años de militancia y tras más de una década ocupando cargos de poder. Hay que recordar que el exministro es una de las cabezas a las que el Gobierno de Estados Unidos ha puesto precio y lo mantienen en la lista de los más buscados del mundo, por su presunta vinculación con carteles del narcotráfico y grupos terroristas como Hezbollah.
Todo parece indicar que en medio de una movida para evadir las sanciones impuestas por Estados Unidos, fue utilizada la Sunacrip a través del mercado de las criptomonedas y fue allí donde habrían «desaparecido» los 3 mil millones de dólares que echan en falta las autoridades de la dictadura de Nicolás Maduro y que apuntan que el responsable principal sería Joselit Ramírez.
Estos personajes han sido sacrificados y desde el chavismo han pretendido vender la idea de que se trata de una cruzada contra la corrupción, cuando la realidad es que la purga es directamente contra quienes pretendían hacerse con el poder en Venezuela, pues aunque no han querido ir directamente contra El Aissami, desde el seno del poder saben que es quien lidera a un ala dura del chavismo, que a lo interno se encuentra fraccionado, debido a que lo han convertido en parcelas de poder que manejan cuantiosos negocios de todo tipo.
El conflicto comienza cuando esas fracciones internas dentro del chavismo no solo trabajan en función de lucrarse a través de los negocios del Estado y de otros entramados corruptos, sino que se enfocan en comenzar a ganar más poder, a través de las alianzas entre gobernadores, alcaldes, militares y demás organismos que manifiestan el hastío que sienten por la situación a la que ha llegado Venezuela con la gestión de Nicolás Maduro y comienzan a surgir propuestas de que ha llegado la hora de ponerle coto a la situación sacando del escenario político a quien tiene 10 años detentando el poder absoluto en el país suramericano.
El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Jorge Rodríguez advirtió que las investigaciones apenas comienzan y que habría varias «decenas» de funcionarios del chavismo detenidos por múltiples negocios fraudulentos, pero sin llegar a aportar detalles sobre quiénes serían estas figuras.
Mientras todo esto sucede en Venezuela, desde la dictadura ofician a la representación diplomática que está en España para que comience a indagar con las autoridades locales los negocios que podrían tener en el país estas personas, porque quieren tratar de evitar que trasciendan datos que podrían comprometer a más de uno de los que todavía se cuentan como leales a Nicolás Maduro.