Cuando quedamos con la familia o los amigos para celebrar algo, suele haber en la mesa vino o cerveza, mínimo uno de los dos. Empezamos a beber lo que más nos guste cogemos la chispilla y tenemos una noche de locos. No obstante, conforme pasan los años, empezamos a preocuparnos menos de esa diversión momentánea y más de lo que estas bebidas le han a nuestro cuerpo. ¿Son tan malas como se dice? ¿Hasta qué punto las puedo tomar? ¿Me hacen un daño irreparable? A continuación, te daremos respuesta a estas preguntas.
6Composición del vino
El 85% del vino es agua y el resto está compuesto de alcohol, azúcares residuales, minerales, vitamina B, fenoles y polifenoles. Tomarlo en exceso puede llegar a ser altamente peligroso para nuestra salud, pero en la medida justa se convierte en un potente aliado. Entre sus ventajas, encontramos que reduce el riesgo de úlceras pépticas. En contraposición, si se abusa de esta bebida habrá más probabilidades de padecerlas. Previene el cáncer, enfermedades coronarias e incluso arterioesclerosis.