De todas las posibilidades de aderezar unas patatas, la más clásica y la que más éxito tiene es la salsa brava. Se cree que su origen madrileño, y si no lo es, la han adoptado como propia y han llevado la tapa de patatas bravas a la categoría de culto, pues la mayoría de los bares de la capital la sirven con bastante éxito por cierto. Te contamos, cómo puedes hacer en casa, la receta original de la salsa brava.
5No sólo para las patatas
La salsa brava es en general una salsa que suele gustar a todo el mundo – si no nos pasamos con el pimentón claro – y que aunque tradicionalmente siempre se deguste con patatas fritas, le queda bien a muchos otros platos. Puedes ponerla a la carne en una barbacoa o en una hamburguesa. También le queda estupenda a unas alitas de pollo e incluso a la pasta, ¡prueba unos ñoquis con salsa brava y verás! Además, en Bruselas puedes tomar mejillones con algo parecido a nuestra salsa brava y en Australia le ponen salsa barbacoa o de tomate a las ostras así que ¿por qué no con salsa brava?