Gambas al ajillo: una receta de escándalo y muy fácil para hacer en casa  

En los restaurantes de playa hay un plato estrella que es uno de los que más se vende: las gambas al ajillo. Tienen un sabor que hipnotiza desde el primer momento y hace que los clientes vuelvan una y otra vez. Es uno de esos manjares que parecen hechos por ángeles para nuestro deleite y disfrute. Pero ¿por qué esperar a ir a un local para degustarlas? Te contamos cómo hacerlas en casa para que la pruebes antes y te gastes mucho menos. Se contempla que cuesta alrededor de 6 euros por persona hacerlo en casa. ¡Qué diferencia! 

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Gambas al ajillo: una preparación mágica 

Las gambas al ajillo se hacen en una cazuela, de barro en la medida de lo posible, aunque una común de estar por casa también servirá. Colocamos aceite de oliva virgen extra y las guindillas. Pelamos y cortamos los dientes de ajo en rodajas finas. Los doramos. Un truco para que se queden con sabor a quemado es retirar los ajos casi chips y continuar con la preparación para colocarlos al final. Echamos las gambas, subimos el fuego y salpimentamos. Pronto el aceite cambiará de color, pero es normal porque la gamba suelta su caldo y emulsiona con la temperatura.