En los restaurantes de playa hay un plato estrella que es uno de los que más se vende: las gambas al ajillo. Tienen un sabor que hipnotiza desde el primer momento y hace que los clientes vuelvan una y otra vez. Es uno de esos manjares que parecen hechos por ángeles para nuestro deleite y disfrute. Pero ¿por qué esperar a ir a un local para degustarlas? Te contamos cómo hacerlas en casa para que la pruebes antes y te gastes mucho menos. Se contempla que cuesta alrededor de 6 euros por persona hacerlo en casa. ¡Qué diferencia!
4Comenzamos limpiando las gambas
Hay dos opciones de gambas: las congeladas y las frescas. Si estamos ante una gamba fresca, para cocinarla tendremos que quitarle la cabeza y la cola. En el caso de que sean congeladas y estén peladas, habrá que eliminar este paso. Se ponen las gambas en un cuenco y se lavan para quitar cualquier rastro de impureza. El secado se hace con un trapo de algodón o papel absorbente. En el caso de las congeladas, se deja en la nevera el día anterior para que se descongelen con el paso de las horas. Ponemos un bol con colador para que el agua y las gambas no se toquen. Escurrimos y secamos como si fueran frescas. En ambas opciones se quita el intestino y se pone sal al gusto. Reservamos para seguir con la preparación.