Formar parte de una familia real puede parecer un auténtico cuento de hadas para muchos. Y en realidad, puede que sea así en muchos sentidos. Los privilegios de formar parte de ella están fuera de toda duda, pero también sus inconvenientes. Dar una imagen acorde a tan alta posición social es también una obligación que gran cantidad de personas no soportarían. Resulta difícil saber qué se le pasará por la cabeza en muchas ocasiones a gente como la princesa Leonor, pero de lo que no cabe duda es que los protocolos impuestos por su madre, la reina Letizia, y la propia Casa Real no son lo que se dice pocos.
En este artículo repasamos algunos de ellos, desde los más evidentes a otros capaces de sorprender incluso a los más versados en asuntos reales.
3La Casa Real huye de las polémicas
Hemos visto en muchas ocasiones, como ha sucedido recientemente con Froilán, que un miembro de una Casa Real puede verse sacudido cada dos por tres por la polémica. Algo que ha sido también habitual en otras familias reales europeos, incluso en el caso de príncipes y princesas. En España, en cambio, Felipe VI y Letizia procuran que sus hijas no llamen demasiado la atención.
O lo que viene a ser lo mismo, que a diferencia de su primo no realicen actividades que serían perfectamente entendibles en cualquier otro chaval de su edad, pero que en seguida despiertan al monstruo mediático al tratarse de un miembro de la Casa Real.