¿Alguien puede decir que no le gustan las albóndigas? No importa si son albóndigas en salsa de tomate o si las comemos con un bocadillo. La cuestión es que hay muy pocas personas que puedan dejar pasar por alto unas buenas albóndigas y es que son un manjar tradicional. Además, una de las cosas positivas que tiene este plato es que se puede utilizar cualquier alimento para realizarlas y así no desaprovechar nada de nada.
Entre las más populares se encuentran las albóndigas de carne de cerdo, las de ternasco y las de bacalao. Te indicamos algunos consejos a la hora de elaborarlas, ya que parecen una tarea sencilla, pero requiere de productos de calidad.
1LA CALIDAD DE LA CARNE, VITAL EN LAS ALBÓNDIGAS
Lo principal que debemos tener en cuenta es que es necesario utilizar una carne grasa como es la carne de cerdo o las carnes más melosas de la ternera. Si la compramos estando ya picada hay que tener cuidado y pedir al carnicero que no la triture demasiado para que así luego podamos disfrutar de una textura jugosa.
Picarla una sola vez es más que suficientes ya que como hemos dicho antes, si la pica demasiado luego las bolas de albóndigas van a quedar más compactas y por lo tanto, más tiesas a la hora de comerlas. Es bueno que la carne sea fresca, es decir, que no se haya congelado antes para que conserve todos los nutrientes y potencie el sabor.