Se comenta mucho, pero nadie lo llega a decir en voz alta. El ex del Partido Popular David Erguido tiene más «amigos» de los que puede parecer. Su principal piscifactoría política en la que pescar favores ha sido el Ayuntamiento de Madrid debido a que su pareja, la concejala y presidenta del distrito Chamartín, Sonia Cea Quintana, pasea por Cibeles como quiere. Sin embargo, desde que Erguido aterrizó en LUDA Partners, una red digital de farmacias, se han dejado ver algunos de los contactos de este polémico exdirigente del PP en la Comunidad de Madrid. Los contactos que han facilitado la vida de LUDA Partners, empresa de la que Erguido, quien también está procesado en el caso Púnica, es consejero, son tanto Alberto González, director general de Autónomos y Emprendimiento, como Carlos Izquierdo, consejero de Administración Local y Digitalización.
La forma en la que LUDA Partners se relaciona con la Comunidad de Madrid es a través de algunos de los contactos de David Erguido. Desde luego, nadie en todo el Partido Popular puede presumir de tener un currículum tan heterogéneo como el de Erguido. Ha pasado de una empresa en Guinea Ecuatorial que vendía casas en Malabo a vender material de farmacia en España y conseguir que esta empresa tenga reuniones al más alto nivel que han llevado a los responsables de la compañía a verse con pesos pesados de Sol. El problema es que en la Comunidad de Madrid tienen cogida la matrícula a LUDA Partners desde el momento en el que Erguido entró en la empresa en calidad de consejero. Las mediaciones de este procesado por Púnica son de sobra conocidas. Y los que son permeables a estas mediaciones, también. Alberto González y Carlos Izquierdo están vigilados por haber dado una cobertura «injustificada» a LUDA Partners, empresa que acaba de fichar casualmente a David Erguido.
Carlos Izquierdo, el consejero más odiado de Sol por haber cambiado de chaqueta varias veces (y más durante la guerra abierta entre Pablo Casado y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso), ha protagonizado algún encuentro con esta red digital de farmacias que incluso ha sido recogido por los medios. La misma foto que hace días se hizo Alberto González, un director general de la Comunidad de Madrid, con estos empresarios se la hizo Izquierdo. Lo que no se cuenta es que LUDA Partners tiró de los contactos de David Erguido para conseguir estos favores y darse publicidad y autobombo. Este encuentro entre la empresa de Erguido y el consejero de Administración Local y Digitalización tuvo lugar el pasado 22 de diciembre.
Semanas después, la gestión de Erguido se dejó notar de nuevo, pero esta vez con el director general de Autónomos y Emprendimiento de la Comunidad de Madrid, Alberto González. La foto se hizo exactamente igual y con el mismo photocall que la que se hizo el consejero de la Comunidad de Madrid. La intermediación de Erguido dejó caer por el entorno de la compañía a un Alberto González que también es secretario de distritos y que tiene aspiraciones en un Ayuntamiento de Madrid en el que Erguido presume de tener mucha mano gracias a la presencia de Sonia Cea Quintana. Solo sus paseos por el palco del Santiago Bernabéu, al que Cea Quintana se ha llevado en más de una ocasión a su pareja, dejan constancia de la «presencia» de este procesado por Púnica. Pues bien, Alberto González se hizo la foto y LUDA Partners consiguió lo que quería. Pero el director general decidió no poner en su agenda este encuentro… «no vaya a ser».
LUDA Partners tiene a Erguido como miembro del consejo asesor y ha conseguido tirar no solo en el Consistorio, sino también en la Comunidad de Madrid de sus contactos. Fuentes tanto del Ayuntamiento de la capital como de Sol insisten en que no es la primera vez que tienen constancia de que Erguido «vende» su influencia en las empresas. Desde luego, la ha ejercido en esta red digital de farmacias y ha conseguido gracias a sus nexos relacionar a su empresa, LUDA Partners, con altos cargos de la Comunidad de Madrid. Empiezan bien tanto Izquierdo como González, pues ambos estaban en una posición no especialmente segura a nivel político, tal y como detallan las fuentes.