Siempre que vamos a un restaurante donde sirven carne, el camarero o la camarera nos pregunta si vamos a querer la carne hecha o poco hecha. Hay quienes prefieren tomar la carne poco hecha e incluso cruda porque consideran que está más buena o tienen ese punto de jugosidad que se pierde cuando está muy hecha. Según recoge la web “Consumer”, no es recomendable comer carne poco hecha y menos si la persona tiene un sistema inmune comprometido, es un niño o se trata de mujeres embarazadas.
4Cómo crecen los microorganismos de la carne poco hecha

Cuando la carne no se refrigera adecuadamente, estos microorganismos crecen muy rápido. Es por eso que la carne tiene que conservarse a temperaturas que estén debajo de los 5 grados hasta que vayamos a servirla. Si servimos la carne poco hecha después de haberla refrigerado mal, las consecuencias pueden ser fatales. No podemos obviar tampoco la Clostridium perfringens. Este microorganismo está presente sobre todo sobre la superficie de aquellos animales que acaban de fallecer como aves de corral o pescado. Es uno de los detonantes de las enfermedades de transmisión alimentaria.