La Guardia Civil parece tener cada vez más complicado el cumplimiento de sus funciones. Al menos, cuando éstas dependen del parque móvil que ha habilitado el Ministerio de Interior, gestionado por Fernando Grande-Marlaska. Y es que el ministro de Interior parece «convencido» de hacer que los vehículos de a Benemérita cada vez sean más «ecológicos». Eso sí, al menor precio posible para las arcas del departamento. Una decisión del ministro que hace que el parque móvil eléctrico de la Guardia Civil no alcance a cubrir las necesidades de los agentes, mientras las arcas públicas se vacían, y los coches realmente útiles para las funciones de la Benemérita siguen acumulando años, y contratos de repuestos y reparaciones.
Sin duda, una de las grandes apuestas en el sector del automóvil, tanto en las administraciones públicas como en el sector privado, es la de los vehículos eléctricos. Algo que se puede comprobar en Madrid, donde las restricciones a los vehículos de combustión cada vez son mayores, mientras la apuesta por lo eléctrico parece beneficiar a aquellos que, a día de hoy, pueden permitirse ese gasto.
Una situación que también afecta ahora a la Guardia Civil, dependiente del departamento de Interior gestionado por Fernando Grande-Marlaska. Eso sí, en detrimento de las labores de los agentes. Y es que parece que el Ministerio de Interior apuesta sin tapujos por los vehículos eléctricos, a pesar de que éstos no sean capaces de cubrir las necesidades de transporte de los agentes de la Benemérita.
VEHÍCULOS ELÉCTRICOS «DE CORTO ALCANCE»
Así pues, tal y como informaba Moncloa.com, la directora General de la Guardia Civil, María Gámez, decidía recientemente dotar al Seprona con 157 motocicletas de la marca ZERO. Una decisión que costaba a las arcas del Ministerio de Interior más de dos millones de euros.
Sin embargo, estas motocicletas están lejos de cubrir las necesidades de los agentes del Seprona, cuyas actividades diarias en montaña parece quedar restringidas con estos nuevos vehículos eléctricos, que no pueden ir a más de 50 kilómetro por hora, y que no cuentan con una autonomía superior a los 90 kilómetros. Eso sí, con etiqueta cero medioambiental.
Decisión que pronto sembraba el enfado y la polémica dentro de la Guardia Civil, donde no han tardado en surgir las críticas ante el gasto elevado de Interior de cara a la compra de estas inservibles motos para el Seprona.
Pero, lejos de asumir el posible error cometido, el departamento de Grande-Marlaska parece estar dispuesto a seguir cometiéndolo, demostrando una vez más la falta de finalidad entre el ministro y los agentes de la Benemérita. Esta vez, a través de la compra de 230 Nissan Leaf de motor eléctrico, y 150 Renault Arkana Zen micro híbrido. Cerca de 400 coches nuevos para la Guardia Civil que han costado más de 12 millones a las arcas gestionadas por Marlaska, pero que siguen sin dar solución a los problemas de movilidad de los agentes.
Y es que, tal y como ha podido saber Moncloa.com, lo cierto es que estos nuevos vehículos, en especial en el caso del Nissan Leaf, apenas alcanzan los 200 kilómetros de autonomía. Algo que puede dejar «tirados» a los agentes de la Benemérita en pleno servicio.
LA GUARDIA CIVIL, CONDENADA A LA «CHATARRA»
Compras de nuevos vehículos eléctricos que, sin embargo, no son la única polémica que rodea al parque móvil de la Guardia Civil, en constante enfrentamiento con las decisiones del departamento de Grande-Marlaska. Y es que, mientras el Ministerio de Interior sigue invirtiendo millones en vehículos inservibles, los que actualmente componen el parque móvil de la Benemérita son coches de más de 15 años de antigüedad, y más de 500.000 kilómetros recorridos.
«Tartanas» de la Guardia Civil que siguen siendo la gran «salvación» de movilidad para los agentes. Y que parece que lo seguirán siendo. Y es que, de nuevo sin escuchar las quejas de los principales sindicatos de Guardia Civil, el Ministerio de Interior no ha dudado en licitar un contrato para obtener «repuestos originales» para estos vehículos, que seguirán estando en activo dentro del cuerpo armado.
En concreto, tal y como apuntan los documentos oficiales, el Ministerio de Interior ha aprobado un gasto de 814.876 euros para «el suministro de repuestos originales de diversas marcas para la reparación, conservación y mantenimiento de todos los vehículos pertenecientes al Parque Automovilístico de la Guardia Civil». Unos repuestos que, eso sí, el departamento de Marlaska exige que tengan «un plazo de garantía mínimo de 24 meses».
Piezas de repuesto que harán que unidades de la Guardia Civil tan relevantes como el SEPRONA, la UCO, o el servicio de presidencia de Gobierno sigan contando con «antigüedades móviles», mientras el Ministerio de Interior sigue aprobando contratos para un parque móvil eléctrico prácticamente inservible en el día a día de los agentes de la Guardia Civil, que cada vez se queda más «inmóvil» bajo la gestión de Fernando Grande-Marlaska.