El helado no es solo para el verano, aunque su consumo se incremente durante los meses de calor. Sin embargo, desde un punto de vista científico, lo estamos haciendo al revés, ya que lo ideal sería tomar el helado en invierno y evitarlo en verano. ¿Cómo es esto posible si el helado nos refresca y ayuda a reducir la temperatura? Eso es cierto, pero en realidad es una sensación que dura muy brevemente, porque al tomar un helado, la cantidad de líquido frío que proporcionamos al cuerpo es muy poca, así que el alivio es temporal. Transcurridos unos minutos, el organismo vuelve a recuperar la temperatura anterior y activar los mecanismos de regulación, como por ejemplo el sudor.
5EL HELADO MEJORA EL HUMOR
Tomar este frío dulce en invierno puede tener interesantes beneficios para el ánimo y el humor. Muchas personas se sienten un poco más bajas de energía durante los meses de frío, bien por recibir menos horas de luz, o bien porque no tienen tolerancia a las bajas temperaturas. Tomarse un helado puede ayudarnos a estar de mejor humor, ya que nadie puede negar que se trata de un alimento que a todos los hace felices. El mito de la mujer comiendo helado tras una ruptura que vemos en las películas es mucho más que un recurso cinematográfico: tiene una explicación científica. Este dulce favorece la producción de serotonina una hormona que aporta calma y reduce la ansiedad.
