El Consejo de Ministros aprobará este martes la participación de España en los cuatro primeros proyectos de hidrógeno renovable de la Unión Europea y debatirá la reforma del mercado eléctrico que enviará a Bruselas, según anunció ayer el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Según Sánchez, esta reforma europea del mercado eléctrico debe plantearse con un doble propósito: facilitar el despliegue de las energías renovables que va a garantizar autonomía energética frente al «chantaje de Putin» y velar por el reparto equitativo de rentas entre consumidores y productores de energía en una situación de «tensión y crisis» de los mercados de materias primas como la que se está viviendo.
«Con esta propuesta de reforma a nivel europeo del mercado eléctrico, España lo que hace es exportar soluciones constructivas como fue la solución ibérica y como debe ser esta reforma del mercado eléctrico», ha enfatizado.
Con todo, Sánchez insistió en que Europa debe desarrollar una autonomía estratégica abierta para garantizar un futuro de estabilidad. «El mundo atraviesa una era de incertidumbre provocada por una concatenación de eventos y también de avances transformadores sin precedentes que hacen que ahora mismo estemos afrontando una enorme transición de unas enormes consecuencias tanto sociales como económicas y geopolíticas«, subrayó.
El presidente también adelantó que el Consejo de Ministros aprobará un real decreto por el que se va a regular la participación en los primeros cuatro de los once proyectos de hidrógeno verde renovable aprobados por la Unión Europea y que incluye subvenciones por valor de 74 millones de euros de los fondos europeos. «Es decir, de los 11, 4 van a estar liderados por nuestro país», explicó.
Según argumentó Sánchez, España aspira a que la transición ecológica y la apuesta por las energías renovables sea una de sus «marcas reputacionales» de cara a las relaciones con operadores internacionales. Ha ensalzado que es el quinto país del mundo en energía eólica y el octavo de renovables, aunque ha reconocido que se debe ir «un paso más allá» y liderar el hidrógeno verde, que es la «gran fuente de energía del futuro».
«Contamos con las mejores condiciones naturales y disponemos de una industria bien afianzada para el desarrollo de toda la cadena de valor», ha asegurado el jefe del Ejecutivo, tras destacar que, de todos los proyectos de hidrógeno verde a nivel mundial, el 20% se sitúa en España, solo por detrás de Estados Unidos.
Por su parte, la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Transición Ecológica y para el Reto Demográfico, Teresa Ribera, avanzó ayer que el Ejecutivo español pedirá a Bruselas prolongar la ‘excepción ibérica’ al menos hasta finales de 2024, con un tope similar al actual, de entre 45 y 50 euros por megavatio hora (MWh).
La ‘excepción ibérica’, que se aplica en España y Portugal desde el pasado 15 de junio, es un mecanismo que topa el precio del gas para la generación de electricidad con el fin de abaratar el precio de la luz. Durante los seis primeros meses de vigencia de esta medida, el precio del gas se topó a 40 euros/MWh y a partir de ahí, se incrementará en cinco euros/MWh al mes hasta el próximo mes de mayo, cuando finaliza la vigencia de la solución ‘ibérica’.
Ribera subrayó que hasta que no se produzca la reforma de la regulación del mercado eléctrico en Europa, lo cual puede llevar «mucho tiempo», España «quiere seguir beneficiándose» de la ‘excepción ibérica’.
«Vamos a presentar a la Comisión propuestas para la modernización del sistema eléctrico, pero también la extensión de la excepción ibérica más allá de mayo de 2023, hasta tanto dure esta crisis y hasta tanto no se haya actualizado la regulación europea (…) Nos gustaría que (el tope al gas) se quedara en el entorno más bajo posible, 45 ó 50 euros MWh, y que se pueda prolongar por lo menos menos hasta el final de 2024», ha indicado.
Ribera insistió en la necesidad de modificar el sistema eléctrico europeo para reducir la volatilidad en el precio de la electridad y abaratarla. «La solución de fondo», explicó, es reducir lo más rápido posible la dependencia europea del gas, apostando por la transformación del sistema energético y por más recursos propios y energías renovables.